Sin PCR y apelotonados en camarotes: así trabajan los camioneros en Baleares
Leonela Paucar | Mallorca, 13 de Febrero de 2021 | 16:32h

El gremio de camioneros y transportistas, un sector clasificado como esencial durante el pasado confinamiento, se siente discriminado. Hoy, no cuentan con derechos que sí tienen el resto de ciudadanos, según ellos mismos explican.
Así se siente Antonio, un camionero de profesión que viaja por lo menos dos veces a la semana en barco desde Baleares a la Península. Durante el confinamiento domiciliario de 2020, su trabajo fue esencial, pero ahora tanto él como sus compañeros se sienten marginados.
Desde diciembre del año pasado, para entrar a las Islas es obligatorio que los pasajeros se realicen una PCR o una prueba de antígenos. Normalmente se hace en clínicas autorizadas por el Govern balear en la ciudad de origen, o, en todo caso, en el propio puerto. También existe la opción de hacerlo en la ciudad de destino, guardando cuarentena hasta que se reciba el resultado.
Todos estos test son financiados por el Govern, es decir, son gratuitos para los pasajeros. Sin embargo, de estas pruebas, quedan exentos los transportistas, así como la tripulación de barcos y aviones y los deportistas federados.
Durante el confinamiento del pasado marzo, el gremio de camioneros fue esencial para garantizar el abastecimiento de los comercios. A pesar de no contar con lugar de aseo, área de descanso y de comida, en ningún momento de la crisis sanitaria han detenido su actividad.
VICTORIA, 22 AÑOS: "SI SE QUEJAN RECIBEN PENALIZACIONES"
Victoria tiene 22 años y es hija de un camionero. Ella se siente indignada con la situación que vive su padre. A pesar de que viaja constantemente, "nunca se han tomado medidas de protección para su gremio", según afirma.
Victoria ha decidido dar voz a muchos transportistas que no quieren hablar por miedo a perder su trabajo, en un momento en el que éste escasea: "Yo he decidido hablar en nombre de estos trabajadores, ya que todos tienen miedo. Han visto a compañeros inhabilitados hasta por un año, sobre todo en este momento no pueden permitírselo".
Su padre ha llegado a dormir con tres desconocidos, en un camarote completamente lleno, en el que se comparte baño. "Una mampara en el camarote protege de poco", lamenta Victoria.
ANTONIO, 43 AÑOS: "LAS MEDIDAS DE SEGURIDAD TENEMOS QUE TOMARLAS NOSOTROS"
Antonio, un hombre de 43 años, lleva mucho tiempo en esta profesión. Antes de cualquier otra cosa, pide que no se revele su nombre. Como muchos de sus compañeros, prefiere hablar desde el anonimato por miedo a represalias de la compañía de transporte marítimo.
El transportista relata que las medidas las toman los camioneros y no la compañía de transportes: "Nosotros intentamos ir entre conocidos en los camarotes, la empresa no hace nada para protegernos, ni separarnos. Las medidas de seguridad las tenemos que tomar nosotros. Nunca ha habido ningún contagiado, porque ni yo ni ninguno de mis compañeros se ha hecho PCR en todo el tiempo que llevamos de pandemia".
Antonio recalca que tanto las cafeterías como el comedor de los barcos están abiertas, sin ningún tipo de restricción, teniendo en cuenta que en Baleares este tipo de negocios permanecen cerrados desde hace casi un mes. Además, subraya que en estos establecimientos los transportistas conviven de manera directa con el resto de pasajeros, que a diferencia de ellos, sí se han realizado una prueba diagnóstica.
ESCASAS MEDIDAS DE SEGURIDAD
Actualmente a ninguno de los trabajadores se les realiza PCR, ni prueba de antígenos, ya que ellos forman parte de una de las excepciones decretadas por el Govern balear. Pero esto no es lo que más indigna a este grupo de trabajadores. Según explican, las empresas de transporte marítimo les obligan a dormir juntos, y la mayoría de veces llegan a completar el aforo de los camarotes.
Según muchos de ellos, no hay ningún tipo de medida, no se les toma la temperatura, en muy pocos casos hay mamparas protectoras, y cuando las hay, son de medio metro. Comparten baño con desconocidos, a los que tampoco se les realiza una prueba diagnóstica. Comparten comedor y cafetería con el resto de pasajeros, sin ningún tipo de medida de seguridad.
MIEDO A PERDER SU TRABAJO
Muchos de los camioneros se niegan a hablar o dar declaraciones, ya que según ellos, si la compañía de transporte los identifica, son sancionados. Ellos mismos cuentan que se les limitan los viajes alegando falta de aforo, por lo que su empresa se ve obligada a inhabilitarlos temporalmente, hasta que se les permita volver a viajar.
Esta situación provoca pánico entre los trabajadores, que preguntados por este diario, se niegan a declarar por miedo a perder su trabajo. Por este motivo, los nombres de este reportaje son ficticios.
Una de las empresas de transporte marítimo más importantes de las Islas, preguntada por Crónica Balear, se ha limitado a enumerar las medidas de seguridad, pero ha evitado responder a las acusaciones más polémicas.
La compañía no acepta la queja de los transportistas. Admite que la distribución de los camioneros se hace conforme al aforo del que disponen y que depende de la demanda de cada barco y trayecto. No se les asigna un número de camarotes fijo para evitar que estos se apelotonen en sus cabinas, ya que son personas que viajan de manera muy regular.
Los camioneros, hartos de la situación, no se atreven a alzar la voz. Esto se repite semana tras semana y viaje tras viaje, como lamentan varios trabajadores de este importante sector.