Nigeria cifra en más de cien los muertos en las protestas de octubre contra la violencia policial

La Policía de Nigeria ha cifrado en más de un centenar el número de muertos en el marco de las protestas contra la violencia policial que sacudieron el país durante el mes de octubre y ha apuntado a un supuesto intento para derrocar al presidente, Muhammadu Buhari.

El jefe de la Policía nigeriana, Mohammed Adamu, ha detallado que un total de 102 personas murieron en los incidentes, incluidos 37 agentes que fueron "brutalmente asesinados", al tiempo que ha cifrado en 196 el número de heridos.

Asimismo, ha señalado que 243 instalaciones públicas, incluidas 134 comisarías, fueron incendiadas durante los disturbios, mientras que 71 almacenes fueron saqueados, antes de denunciar que las protestas recibieron financiación extranjera.

Adamu ha incidido además en que las autoridades nigerianas cuentan con información de Inteligencia que apuntaría a que el objetivo de las protestas era derrocar a Buhari, si bien no ha presentado pruebas, según ha informado el diario nigeriano 'PM News'.

Las movilizaciones arrancaron para protestar contra los abusos del controvertido Escuadrón Especial contra el Robo (SARS), ya disuelto, si bien han continuado debido a que los manifestantes exigen una reforma profunda en el seno de las fuerzas de seguridad para impedir que los mismos se repitan.

Los incidentes más graves tuvieron lugar en octubre en la ciudad de Lagos, la más poblada del país, donde más de una decena de personas murieron después de que el Ejército abriera fuego contra una protesta en el área de Lekki, un incidente muy criticado por diversas ONG y Naciones Unidas.

Los manifestantes acusaron al Ejército y las fuerzas de seguridad de apagar las cámaras en la zona, así como el alumbrado eléctrico, poco antes de que los soldados abrieran fuego contra los concentrados, en un aparente intento de ocultar pruebas de la represión.

En este sentido, el director de la empresa que gestiona las cámaras de seguridad en el área de Lekki, confirmó durante las pesquisas que las grabaciones de la represión no están completas, dado que las cámaras dejaron de grabar antes de que el Ejército abriera fuego contra los presentes.