¿Sabes cuál es la cantidad exacta de tu nómina que va para impuestos?
Estos son algunas de todas las contribuciones que los españoles hacen anualmente al Estado y a dónde van destinadas
Penélope O. Álvarez | 08/11/2024
Las nóminas en España tienen tres elementos clave: el salario base, que es la cantidad fija que se pacta en el contrato de trabajo, los complementos salariales, una cantidad adicional al salario base que van desde la antigüedad hasta la productividad e incluso la peligrosidad del trabajo y las pagas extra, si son prorrateadas (si no, se cobran aparte). A la cantidad que percibes de todo esto, se le llama salario neto, una vez deducidas las contribuciones y los impuestos.
Estas deducciones se dividen en cotizaciones a la Seguridad Social, que son un porcentaje sobre el salario del trabajador para financiar el seguro de enfermedad, pensiones, desempleo, que suele rondar el 6,35%, y el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), que varía según el salario y la situación personal del trabajador. El porcentaje depende del tramo de renta en que se encuentra la persona, que puede estar entre el 2 y el 45%.
Eso sí, cada año con la declaración de la renta se hace un ajuste entre lo que ya se ha pagado a lo largo del año mediante retenciones y lo que realmente te corresponde pagar según tus ingresos, deducciones y reducciones, por lo que es probable que aún tengas que pagar más en junio.
Y eso no es todo, el empresario paga cotizaciones adicionales a la seguridad social como las contingencias comunes, para cubrir enfermedades comunes y la jubilación (es la cantidad más elevada), el desempleo y la formación profesional, para cubrir el paro y los programas de formación) y el Fondo de Garantía Salarial (FOGASA), que asegura el pago de salarios en caso de insolvencia de la empresa. Estos gastos suponen para el empleador entre un 30 y un 35% del salario bruto del trabajador.
Por ejemplo, si tu salario bruto es de 1.500 euros, se le restan unos 95 euros de Seguridad Social, 150 de IRPF aproximadamente (es un 10% que puede variar dependiendo de la situación de cada persona) y terminas percibiendo 1.255 euros. Eso sí, el empresario pagará otros 500 euros en cotizaciones, así que para que un trabajador perciba 1.255 euros netos cada mes, el empresario paga 2.000 euros.
¿QUÉ OTROS IMPUESTOS PAGAMOS A DIARIO CASI SIN DARNOS CUENTA?
Además de estos impuestos, a diario pagamos una variedad de impuestos indirectos que muchas veces pasamos por alto. El IVA, por ejemplo, es un impuesto indirecto que se aplica sobre el consumo de bienes y servicios, lo pagamos cada vez que compramos algo, aunque no lo notemos. Existen tres tipos:
- Tipo General (21%): Se aplica a la mayoría de productos y servicios.
- Tipo Reducido (10%): Aplica a productos de primera necesidad como alimentos (no básicos), transporte público, hostelería, y servicios de cultura y espectáculos.
- Tipo Superreducido (4%): Aplica a productos básicos como pan, leche, frutas, verduras, medicamentos y algunos productos de higiene.
Al conducir, también pagamos impuestos. El impuesto de hidrocarburos supone entre un 50 y un 60% del coste del combustible que pagamos al repostar. Por ejemplo, si el precio del litro de gasolina es de 1,60 euros, estamos pagando tan solo 0,70 céntimos de carburante real, ya que los 90 céntimos restantes son impuestos. También está el impuesto de matriculación, que aunque se paga una única vez, supone hasta un 14,75%. Por ejemplo, si compras un coche de 20.000 euros, el impuesto de matriculación serán unos 950 euros, sin tener en cuenta que el IVA, que es del 21% subirá el coste hasta unos 25,139.50 euros en total. Y el impuesto de circulación, que también supone un gasto anual que puede superar los 200 euros dependiendo de los caballos fiscales que tenga tu vehículo. Los vehículos históricos, eléctricos o híbridos reciben una rebaja y las familias numerosas o las personas con movilidad reducida también se benefician de descuentos especiales.
Otras contribuciones que hacemos al estado son los impuestos especiales, que se pueden encontrar en el alcohol (que tienen entre un 30 y un 60% de impuestos en su precio, dependiendo de la graduación), el tabaco (cuyo precio son entre un 75 y un 80% de impuestos) y la electricidad (donde los impuestos representan entre el 15 y el 25%, ya que tienen un IVA reducido).
Aunque muchos de estos impuestos varían según la comunidad autónoma, el de Transmisiones Patrimoniales (ITP) y el de Actos Jurídicos Documentados (AJD) es otro de los que se pagan constantemente en nuestro país. Por ejemplo, si compras una vivienda de segunda mano de 150.000 euros y pides una hipoteca de 200.000 euros, tendrás que pagar hasta 11.000 euros más por estos impuestos.
Y no te olvides del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), un impuesto municipal que se paga anualmente por ser propietario de un inmueble (vivienda, terreno, local) y que supone entre un 0,4 y un 1,3% anual (dependiendo del municipio) del valor catastral del inmueble.
No pasemos por alto la tasa de recogida de basuras, la tasa por renovar el DNI, la tasa por expedición de pasaporte, el cánon del agua, las tasas por presentarse a exámenes del carnet de conducir, entre muchos otros.
En definitiva, de media, los españoles pagamos aproximadamente entre 6.000 y 8.000 euros de impuestos, aunque es una cifra que puede variar mucho dependiendo del nivel de ingresos, la comunidad autónoma en la que residas y los hábitos de consumo, además de las propiedades que se tengan.
¿A DÓNDE VAN TODOS ESTOS IMPUESTOS?
Los impuestos que los ciudadanos pagan en España, ya sean directos o indirectos, se destinan a financiar una amplia variedad de servicios públicos y gastos del Estado. El dinero recaudado a través de estos impuestos se distribuye entre diferentes niveles de gobierno (central, autonómico y local) y se utiliza para garantizar el funcionamiento de sectores esenciales, como la sanidad, la educación, las infraestructuras, las pensiones y otros servicios sociales.
El Gobierno gestiona una gran parte de los impuestos, que se distribuyen por ministerios, concretamente van a la Seguridad Social, a la Sanidad, a la Educación, a la Defensa, a las Infraestructuras y a saldar la deuda púbica del estado.
Las Comunidades Autónomas, por su lado, gestionan y financian los hospitales y centros de salud públicos, los colegios e institutos públicos, así como las universidades, las ayudas a personas dependientes, servicios para personas con discapacidad, asistencia a la vivienda, y otros programas de protección social y a mejorar la infraestructura de transporte público, y también para ofrecer políticas de vivienda pública o subvencionada.
Los ayuntamientos, por su parte, destinan el dinero de los impuestos al agua, la basura, el alcantarillado, la limpieza pública y el mantenimiento de parques, los centros educativos municipales, bibliotecas, centros culturales, polideportivos y actividades recreativas, la policía local, bomberos y otros servicios de emergencia y el mantenimiento de calles, el alumbrado público, la construcción de carreteras locales y otras infraestructuras urbanas.