Un adiós impensable

EFE | Mallorca, 20 de Noviembre de 2024 | 08:16h

EFE

No creía Rafael Nadal en los finales de Hollywood ni en desenlaces perfectos como los de las películas. Siempre sostuvo que ninguna retirada es ideal. Sin embargo, difícilmente imaginaba que su despedida en el Palacio de los Deportes José María Martín Carpena, en Málaga, sería tras la eliminación de España en la Copa Davis frente a Países Bajos.

Nada salió como estaba previsto, ni a la altura que merece una leyenda como Nadal. El jugador balear ofreció un último servicio al tenis y a la selección española, arropado por un público entregado y por una organización que le preparó un homenaje de despedida consensuado con él mismo. Aun así, las emociones no pudieron contrarrestar el sabor amargo de la derrota.

EL PARTIDO QUE MARCÓ EL FINAL

La serie quedó sellada con el partido de dobles, donde Carlos Alcaraz y Marcel Granollers no lograron remontar tras la derrota inicial de Nadal frente a Botic van de Zandschulp. Alcaraz devolvió la esperanza al equipo español al vencer a Tallon Griekspoor en el segundo partido, pero el dúo español sucumbió ante Wesley Koolhof y Paul Haarhuis en un ajustado encuentro que terminó 7-6(4), 7-6(3) después de más de dos horas.

UNA LEYENDA QUE SE DESPIDE

El enfrentamiento de Nadal contra Van de Zandschulp tuvo el carácter de despedida desde el inicio. El balear, que acusó la falta de continuidad en las últimas temporadas, perdió por un doble 6-4, aceptando que este sería probablemente su último partido en la modalidad individual. Su debut en la Copa Davis, hace dos décadas, también había sido con una derrota, ante Jiri Novak en Brno. Desde entonces, ganó 29 enfrentamientos consecutivos hasta llegar a Málaga, donde cerró su trayectoria internacional.

“Sabía que ya no era una baza fija en la pista”, admitió Nadal, reflexionando sobre un año 2024 marcado por lesiones y discontinuidad, que frustraron sus planes iniciales cuando parecía estar sano al comienzo de la temporada.

EL RELEVO DE ALCARAZ

Tras la derrota de Nadal, Carlos Alcaraz asumió el desafío de mantener viva la serie. Con su talento y competitividad, el joven jugador venció a Griekspoor por un contundente 7-6(0) y 6-3 en menos de hora y media, confirmándose como el futuro líder del equipo español. Sin embargo, la tarea de sellar la victoria recayó en el partido de dobles.

Granollers, un especialista en la modalidad, y Alcaraz, aún inexperto como doblista, formaron un dúo que ya había competido juntos en Valencia el año anterior. A pesar de un buen inicio, cayeron ante la inspiración del equipo neerlandés, liderado por Haarhuis y Van de Zandschulp, quienes aprovecharon sus oportunidades y reaccionaron a tiempo para dar la vuelta al marcador.

UN EPÍLOGO INOLVIDABLE

El gesto de Nadal desde el banquillo, animando al equipo, reflejaba la tensión y el peso del momento. A medida que el partido de dobles se inclinaba hacia Países Bajos, la realidad de su retirada se hacía más evidente. Málaga no solo fue el escenario del adiós de España en la Copa Davis 2024, sino también del cierre de una carrera legendaria.

El epílogo de Rafael Nadal, una leyenda del deporte, quedará grabado en la historia, no por una victoria final, sino por la dignidad, el compromiso y los valores que siempre mostró en la pista.

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