Duplantis: "Puedo saltar todavía más alto, pero no sé cuánto"

EP | 13/11/2020

DPA

El campeón de Europa de salto con pértiga al aire libre, el sueco Armand Duplantis, se ha mostrado convencido de que puede "saltar todavía más alto" que los dos récords del mundo, en pista cubierta y al aire libre, que ha batido este año, ya que a pesar de los logros "no" se siente "satisfecho" y siempre compite para "ser mejor".

"Creo que puedo saltar todavía más alto, pero no sé cuánto. No veo por qué tendría que dejar de mejorar a los 20 años. Lo mejor está por llegar", declaró durante una entrevista en el MARCA Sport Weekend. "Siempre he pensado que podía batir el récord del mundo, estaba seguro, pero era difícil decir cuándo. Si me dicen hace diez años que lo batiría con 20 años, alucinaría. Pero al hacerlo me sentí normal. Tengo instinto competitivo pero nunca me siento satisfecho con lo que estoy haciendo y siempre siento que puedo ser mejor. Soy joven y sé que puedo mejorar", añadió.

Duplantis, de 21 años, batió el pasado 15 de febrero en Glasgow el récord de la modalidad en pista cubierta, que ostentaba él mismo, con un salto de 6,18 metros, y ya el 17 de septiembre establecía una nueva plusmarca al aire libre (6,15 metros), acabando con 26 años de reinado del ucraniano Sergey Bubka.

Todo ello en una temporada "difícil" por la pandemia de coronavirus. "La temporada 'indoor', entre enero y febrero, justo antes de la pandemia de coronavirus y de que todo tuviera que cancelarse, estaba siendo normal para mí. Fui capaz de batir dos veces el récord del mundo. Estaba saltando fantástico. De repente, todo el mundo se paró y mi temporada al aire libre que pausó, incluidos los Juegos. Ni siquiera tenía espacio para entrenar", manifestó.

"Era muy difícil encontrar motivación para hacer cualquier cosa porque no sabía qué pasaría y si habría competiciones. Entrenar fue duro. Después de eso, fui capaz de tener buenas actuaciones al aire libre, incluso sin aficionados. Pude saltar 6,15 al aire libre. Ha sido un año loco, muy duro para mucha gente", añadió.

Todo ello le posiciona como el gran candidato a atleta del año de World Athletics junto a Joshua Cheptegei. "Estará muy reñido. Creo que tengo una buena oportunidad. Él ha tenido una temporada fantástica, sobre todo después del confinamiento. Sería una gran honor ganar este premio, pero hay otras razones por las que quiero ser el mejor. Intento conseguir lo mejor de mí y los premios vienen después", subrayó.

"Fui un niño muy seguro de sí mismo. Siempre creí que tenía el potencial para ser el mejor, era algo realista. Pensé que si a los siete años fui el mejor que había saltado nunca, ¿por qué serlo con 20 años? He trabajado duro año tras año, no solo para ser el mejor, sino porque también me lo paso bien haciéndolo. Es una locura ver dónde estoy ahora con 21 años. Siempre he creído y he tenido la confianza de que podría llegar hasta aquí", relató.

Otro de los grandes objetivos de Duplantis será luchar por el oro en los aplazados Juegos Olímpicos de Tokio, después de quedarse con un sabor amargo el año pasado con su subcampeonato mundial en Doha. "Lo deseo mucho. Lo de Doha es algo que perseguía, quería un oro; fue la primera medalla en unos Mundiales, di el 100%, pero Sam -Kendricks- lo hizo mejor que yo ese día. El segundo puesto apesta, especialmente cuando estás tan cerca de ganar. La plata te deja un sabor extraño. Estaba cansado de ser segundo, pero aprendí de derrotas importantes y creo que eso me ha hecho mejor. Igual no habría batido el récord del mundo sin esas derrotas", explicó.

"Hay todavía muchas cosas que mejorar en mi técnica. Me esfuerzo por ser perfecto, pero estoy todavía muy lejos de la perfección", apuntó sobre su estilo, antes de hablar del buen ambiente que reina en su modalidad con el resto de competidores. "No estás compitiendo tanto el uno contra el otro, sino contra uno mismo", expresó.

Por último, Duplantis explicó también cómo surgió la idea de subastar su dorsal del primer récord del año para recaudar fondos para la lucha contra el coronavirus. "Era lo mínimo que podía hacer. No estaba haciendo nada, estaba en casa de mis padres, y me puse a pensar en la forma de poder ayudar. Vi mi equipación y el dorsal con el que conseguí el récord del mundo y me dije que había que subastarlo para conseguir fondos para investigación y para esta batalla. Hay que ser conscientes de la gravedad de la situación", concluyó.

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