El pequeño gesto que puede salvar tu lavadora y tu bolsillo
Los consejos de los expertos para maximizar la vida de este electrodoméstico tan importante en el hogar
Penélope O. Álvarez | 05/11/2024

La lavadora es uno de los electrodomésticos más importantes de un hogar. Lava nuestra ropa, hace que huela bien y no podríamos vivir sin ella. Sin embargo, pocos saben que un gesto tan simple como cerrar la puerta de la lavadora tras sacar la ropa puede costarnos caro a largo plazo. Aunque la mayoría lo hace sin pensarlo, este hábito favorece la aparición de moho y bacterias que, además de dañar la lavadora, dejarán en nuestra ropa un olor persistente y desagradable.
Cuando la lavadora termina un ciclo, el tambor suele quedar húmedo. Al cerrar la puerta, esa humedad queda atrapada en el interior, creando el ambiente perfecto para el crecimiento de moho y bacterias. Estos microorganismos no solo desprenden mal olor, sino que también afectan al rendimiento de la lavadora, incrementando el consumo de agua y electricidad en cada lavado. Además, las piezas de goma y otros componentes de la máquina pueden deteriorarse mucho más rápido, generando un gasto inesperado en reparaciones.
El moho crece en ambientes oscuros y húmedos, y la lavadora se convierte en un espacio ideal para ello si se cierra inmediatamente después de cada uso. Un estudio realizado en electrodomésticos de uso diario confirmó que una lavadora con puerta cerrada multiplica los niveles de bacterias en el tambor hasta en un 70% en solo dos días, en comparación con aquellas que se dejan abiertas tras el lavado. Esto puede desencadenar problemas no solo para la máquina, sino también para la salud: el moho libera esporas que, aunque no siempre sean visibles, pueden agravar alergias y problemas respiratorios en el hogar.
Los expertos recomiendan un método sencillo para evitar estos problemas: dejar la puerta de la lavadora abierta al menos un par de horas después de cada uso. Esto permitirá que el tambor se ventile y se seque completamente. Si tienes prisa, una toalla seca en el tambor o un ventilador dirigido a la máquina puede acelerar el proceso. Y aunque pueda parecer molesto dejar la puerta abierta todo el tiempo, una opción práctica es dejarla solo entreabierta cuando no la estás usando.
CÓMO ALARGAR LA VIDA DE TU LAVADORA
Los expertos coinciden en que, para maximizar la vida útil de la lavadora, es esencial mantener la puerta abierta al finalizar cada ciclo de lavado. A continuación, te damos algunos tips clave:
- Deja la puerta abierta durante varias horas: Esto permite que el tambor se seque por completo. Si no puedes dejarla abierta mucho tiempo, procura al menos un par de horas para ventilar la humedad.
- Mantén la puerta entreabierta si no la usas: En lugar de cerrar la puerta herméticamente cuando no la uses, mantenla entreabierta para que circule el aire y evites la acumulación de olores y hongos.
- Limpia las juntas periódicamente: Un paño seco o un poco de vinagre blanco son excelentes aliados para limpiar los bordes y las juntas. Así, eliminas posibles restos de humedad y evitas la acumulación de residuos.
- Realiza un ciclo de autolimpieza regularmente: Muchas lavadoras modernas cuentan con un ciclo de autolimpieza; si la tuya no lo tiene, puedes hacerlo manualmente, colocando un poco de vinagre y bicarbonato en el tambor y ejecutando un ciclo de lavado en caliente.
La próxima vez que pongas una lavadora, recuerda: un pequeño cambio de hábito puede hacer una gran diferencia. Mantener la puerta abierta no solo te ahorra malos olores, sino que alarga la vida de tu electrodoméstico y reduce el consumo de energía.