¿Han "caducado" los cinturones de seguridad de tu coche?

La seguridad es uno de los aspectos cruciales al comprar un coche, especialmente cuando se trata de vehículos de segunda mano. Cada año, los fabricantes de automóviles invierten en tecnología avanzada para mejorar los sistemas de seguridad y proteger a los ocupantes en caso de accidente. Sin embargo, en coches usados, conocer el estado real de estos sistemas puede ser complicado, ya que un accidente previo o reparaciones mal realizadas pueden comprometer su efectividad.

Desde los cinturones de seguridad hasta la integridad de los airbags y la estructura del coche, realizar una revisión detallada es fundamental para asegurarse de que el vehículo sigue cumpliendo con los estándares de seguridad originales. Un detalle sencillo, como comprobar la fecha de los cinturones, puede aportar una pista esencial sobre el historial de siniestros del vehículo.

REVISAR LA FECHA DE CADUCIDAD DE LOS CINTURONES DE SEGURIDAD

Los cinturones de seguridad, aunque parezcan dispositivos sencillos, están diseñados para resistir la vida útil de un coche. Sin embargo, tras un accidente, suelen dañarse y, por normativa, deben sustituirse debido a que pueden perder parte de su capacidad para proteger al ocupante. Cuando el sistema retiene al cuerpo en un impacto, se generan tensiones o incluso desgarros internos en la estructura del cinturón que no siempre son visibles a simple vista, pero que comprometen su efectividad.

Para saber si el cinturón fue reemplazado tras un choque, hay un detalle clave que puedes revisar: la etiqueta del cinturón, que en muchos casos indica la fecha de fabricación. Este pequeño rectángulo suele estar ubicado en la parte inferior de la cinta o cerca del anclaje, y en él se muestra cuándo se fabricó el cinturón. Si la fecha de la etiqueta no coincide con el año de matriculación del coche, podría ser un indicio de que el vehículo sufrió un accidente y el cinturón fue reemplazado posteriormente.

Además del cinturón de seguridad, existen otras señales que puedes comprobar al inspeccionar un coche usado para verificar si ha sufrido un accidente

• Desgaste desigual en los neumáticos: Un desgaste irregular podría indicar problemas en la alineación, muchas veces causados por golpes o colisiones.
• Pintura inconsistente o burbujas en la carrocería: La diferencia de color o textura en ciertas partes del coche puede significar que han sido repintadas tras una reparación por accidente.
• Tornillos de las puertas o el capó desgastados: Si los tornillos parecen haber sido manipulados o muestran marcas de desgaste, puede ser una señal de que esas partes han sido desmontadas y reparadas.
• Faros y luces desiguales: Faros con un color más opaco o diferentes entre sí pueden haber sido reemplazados tras un impacto.
• Desgaste o desgarros en el volante y los airbags: Un volante que parece desgastado de forma anormal o un salpicadero con signos de restauración pueden indicar que los airbags se desplegaron y fueron reparados o reemplazados.

Estos consejos pueden servirte para detectar indicios de daños importantes que podrían haber comprometido la seguridad o el valor del coche. Asegurarte de que los cinturones de seguridad y otros componentes esenciales están en buen estado y no han sido reemplazados tras un choque puede ayudarte a negociar el precio o, incluso, decidir si deseas adquirir el coche. Recuerda que una revisión profesional antes de la compra también puede proporcionarte tranquilidad y evitarte sorpresas en el futuro.