Una voluntaria denuncia que en Son Reus los animales "sufren mucho"
Redacción | 05/01/2023

Una voluntaria de Son Reus denuncia que en el centro los animales "sufren mucho".
"No sé qué está pasando. Día tras día que acudimos los voluntarios a Son Reus no dejamos de presenciar renuncias de perros por parte de sus dueños. No entraré en calificar ese acto, que salvo en muy contadas ocasiones me parece justificado, pero sí lo que queremos es dar a conocer el lugar donde los renuncian porque creemos que hay confusión y no se entiende muy bien lo que significa dejar a un perro en ese centro: 'El centro de bienestar animal Son Reus'", denuncia la voluntaria.
Asegura que "no hace honor a su nombre, allí los animales sufren mucho, muchísimo; por citar: jaulas sucias, frías..., escasa atención veterinaria (perros con heridas, heces con sangre, etc) , estancias en su jaula de días y días sin poder salir a dar un simple paseo, desidia, falta de empatía y cariño por parte de las personas encargadas de trabajar allí etc. Nula facilidad para que la gente adopte ( citas previas, cero atención telefónica, horarios muy precarios...), falta de profesionales ( adiestrador, etólogo) para poder atender los perros con carácter más complicado, lo que significa estancias de meses en una jaula sin salir, agravándose, por tanto, el problema hasta que gracias a algunas voluntarias decidimos coger el toro por los cuernos y sacarlos porque no podemos soportar verles sufrir más"
"Ante la inacción del director y personas que gestionan ese centro y viendo la saturación ante tanta renuncia no nos queda otra que al menos hacer saber el sufrimiento de los animales en el mal llamado 'Centro de Bienestar animal'. Así que no se piensen que dejar a su compañero allí es signo de una buena acción, hoy por hoy es condenarlos a un sufrimiento que no se sabe lo que le puede durar, y que tristemente viendo la dinámica diaria de renuncias puede aún empeorar", concluye
LAS ASOCIACIONES DENUNCIAN QUE ESTÁN "DESBORDADAS, EXHAUSTAS Y ENDEUDADAS"
Desde SOS Voluntarios de Son Reus denuncian que las asociaciones que ayudan a los animales de son Reus están "desbordadas, exhaustas y endeudadas por culpa de personas inconscientes que llevan a su casa un animal, sin saber lo que eso supone".
"Simplemente han visto que otras personas de su entorno tienen uno y ellos no quieren ser menos, al igual que han hecho con un juguete, una moto o cualquier otra cosa que tenga el vecino. Piensan en satisfacer sus necesidades personales, no en las del animal", añaden.
"Generalmente la gente que nunca ha tenido perro quiere un cachorro porque son preciosos y porque, según dicen, así le enseñan a su gusto. Cómo si supieran que es lo que le tienen que enseñar. No saben, por ejemplo, que un cachorro necesita compañía casi permanente y que si está mucho tiempo sólo puede llegar a estropear muchas cosas. Así que se enfadan y le castigan, iniciando así una espiral que, de no poner remedio, acabará en maltrato y abandono", indican.
Aseguran que "esas personas que no se han preocupado por saber lo que tenían que hacer, buscan la solución más fácil: abandonar al animal. ¿Pero dónde? Entonces se enteran de que en Palma existe el mejor centro Bienestar Animal se España y lo dejan allí porque quieren creer que va a estar divinamente y además le van a encontrar otro hogar en tiempo récord".
"La realidad es muy distinta: Son Reus está casi al límite de su capacidad con una media diaria que ronda 150 perros y gatos abandonados. Muchos perros se quedan durante días sin salir de las jaulas por falta de voluntarios y sólo permiten que haya una voluntaria para atender a todos los gatos. El voluntariado es insuficiente, porque la gente se quema mucho con el trato que recibe y el ayuntamiento no acepta nuevas solicitudes desde la pasada primavera. Para acabarlo de arreglar, las obras siguen en marcha con el consiguiente ruido y caos que altera todavía más a los animales", prosiguen.
"A a Son Reus llegan también animales perdidos, sobre todo en estas fechas por culpa de los petardos, pero para los dueños es muy difícil encontrarles allí. En primer lugar, porque nadie contesta al teléfono, porque en la página web del centro, la lista de animales perdidos está vacía desde el 25 de febrero de 2016 y si se personan allí les dicen que tienen que pedir cita previa. Una norma que se puso por la pandemia y que, obviamente, ya no tiene sentido. Por no hablar de la falta de seguridad demostrada con los robos del guacamayo y los cachorros, o del horror de cortar las plumas a las palomas para dar de comer al buitre y al halcón", concluyen.