Tres de cada cuatro personas que residen en una autocaravana en Palma se mudarían a una vivienda
El 98 por ciento de ellos dijo que no podrían comprar un piso por más de 200.000 euros ni alquilar por más de 1.000 euros mensuales
Redacción | Mallorca, 25 de Octubre de 2024 | 12:31h

Tres de cada cuatro de las personas que reside en una autocaravana en Palma se mudaría a una vivienda si pudieran costearse su compra o alquiler, según datos preliminares de un estudio elaborado por la Cátedra de Estudios Urbanos de la Universitat de les Illes Balears (UIB).
Así lo han detallado este viernes los investigadores de la UIB, que entre junio y julio de este año registraron la presencia de 150 caravanas en Palma, en las cuales unas 80 personas residen de forma habitual en otros tantos de estos vehículos. Sobre 61 de ellos, los que accedieron a contestar la encuesta, están fundamentadas las cifras, que esperan seguir aumentando para elaborar un artículo científico sobre la cuestión pionero en España.
El perfil de las personas que optan por este modo de vida es principalmente el de hombres adultos y jóvenes, con trabajo estable y de origen extranjero, especialmente latinoamericanos y, más concretamente, argentinos. Los investigadores también han detectado a cinco menores de edad y dos jóvenes que siguen viviendo con sus padres.
Según ha explicado el director de la Cátedra, el doctor Jesús González, las dificultades de acceso a la vivienda no es el único factor que empuja a estas personas a residir de forma informal --hay unas pocas, por ejemplo, que lo hace por voluntad propia--, pero sí el principal.
Aunque tres de cada cuatro de los encuestados aseguraron que abandonarían la autocaravana si tuvieran la oportunidad de acceder a una vivienda asequible, el 64 por ciento admitió que ya han desistido en la búsqueda de esta opción. El 98 por ciento de ellos dijo que no podrían comprar un piso por más de 200.000 euros ni alquilar por más de 1.000 euros mensuales.
Más del 70 por ciento de las personas residentes en este tipo de vehículos manifestaron estar ocupados, la mitad de ellos de forma fija y estable. La mayoría de ellos en el sector terciario, con claro predominio del turismo y los servicios domésticos, y con salarios que oscilan entre los 1.000 y los 1.500 euros. No obstante, el 43 por ciento se encuentran por debajo de la barrera de los 1.000 euros.
Al comparar estas cifras con las del Ministerio de Vivienda, los investigadores han concluido que estas personas podrían acceder a una vivienda en alquiler en 11 sectores de Palma, solo tres en el caso de los mileuristas, destinando menos del 40 por ciento de su renta mensual. "Lo que lleva a la residencia en una autocaravana no es solo el acceso a la vivienda --lo es en el 57 por ciento de los casos--, pero la casi imposibilidad de residir en buena parte de la ciudad lleva a que sea la única opción para esta parte de la población", ha aseverado González.
El 71 por ciento de los encuestados ha intentado, sin éxito, acceder a una vivienda de protección oficial. A juicio del doctor y catedrático del departamento de Geografía de la UIB, este dato refleja que las políticas de vivienda están enfocadas en grupos sociales muy vulnerables y no atienden a perfiles como los que han encontrado en el estudio preliminar, personas que cobran por encima del salario mínimo interprofesional que aún así no encuentran otra solución que establecerse en una autocaravana.
Entre los encuestados predominan aquellos que, cuando llegaron a la capital balear, este modelo de residencia era el último que hubieran escogido, por detrás de la compra o alquiler de una vivienda o una habitación o vivir en casa de un amigo o familiar. Para un sector que es "anecdótico", ha apuntado el investigador, vivir en una autocaravana sí es una opción deliberada.
SEIS ASENTAMIENTOS Y UN COMPORTAMIENTO VECINAL
Más allá de aquellas destinadas a uso residencial, entre las 150 autocaravanas identificadas hay 70 tienen una utilidad diferente --nueve, por ejemplo, se emplean solo en vacaciones-- y 61 de ellas se encuentran aparentemente deshabitadas o inutilizadas.
Todas ellas han sido localizadas en seis asentamientos, casi todos más allá de la Vía de Cintura. El 82% de las autocaravanas se encuentran en el Polígono de Son Hugo, Ciudad Jardín y Son Güells, pero también se han encontrado otras establecidas en el Polígono de Llevant --todas deshabitadas--, La Vileta y Cas Catalá, que pese a pertenecer al municipio de Calvià también ha entrado en el estudio por su proximidad a la capital.
Estas autocaravanas son, en 45 de los casos, el hogar de una sola persona; en 13 el de un núcleo de dos personas; en una de tres ocupantes; y en dos, el de cuatro. Buena parte de ellas son en propiedad, pero también hay otras alquiladas o prestadas, y las hay que son estilo camper y algunas tienen remolques.
Según han detallado las investigadoras Ana García y Aina Levesque, quienes han desarrollado el trabajo de campo, atendiendo al número de metros cuadrados, estos hogares podrían catalogarse como infraviviendas. La mayoría, aunque precarios y pequeños, goza de servicios básicos como un baño, una ducha o un lugar en el que cocinar.
Esas carencias, ha retomado González, se solventan en muchas ocasiones gracias a los "comportamientos barriales y vecinales" que mantienen los habitantes de estos asentamientos informales. "Tienen ciertas dinámicas que nos permiten hablar de ellos casi como asociaciones de vecinos, como si fueran una comunidad de propietarios, lo que es muy interesante desde un punto de vista sociológico", ha indicado.
A ello se le suma las restricciones impuestas por una ordenanza cívica del Ayuntamiento de Palma que, entre otras cosas, les impide asentarse durante más de diez días en la misma ubicación. Esa normativa, han lamentado las investigadoras, no tiene en cuenta las dificultades añadidas que sufren las múltiples personas de avanzada edad, en silla de ruedas o con movilidad reducida que han encontrado.
UN FENÓMENO EN EXPANSIÓN
González ha recalcado que este fenómeno no es nuevo ni exclusivo de Palma, y prueba de ello es que el 54 por ciento de los encuestados llevan entre uno y cinco años residiendo en la ciudad en uno de estos vehículos, aunque hay otros que llevan entre seis y diez años. El 70 por ciento de los encuestados, por otra parte, comentaron que ya habían residido en una autocaravana en otro lugar.
"Es un proceso que esta en consolidación y crecimiento (...). Podemos intuir que tendrá una expansión metropolitana e insular, no es un fenómeno únicamente palmesano sino una forma de informalidad urbana nueva, con soluciones complejas que van más allá del problema de acceso a la vivienda", ha sentenciado González, quien ha deseado que el estudio abarque otras localidades de Mallorca e islas como Ibiza y Formentera, donde también se han registrado este tipo de asentamientos.