Se esperan retrasos generalizados en los aeropuertos de Baleares por la caída del cohete chino

Redacción | 04/11/2022

La caída de los restos de una lanzadera espacial china atravesando espacio aéreo español ha provocado retrasos en 15 vuelos con origen o destino Baleares de forma directa, e implicará acumular retardos generalizados a lo largo del día por el efecto indirecto en toda la operativa.

El cierre no ha afectado al espacio aéreo sobre Baleares, sino a una franja al norte sobre el mar Mediterráneo y la Península, pero sí ha supuesto una incidencia indirecta sobre las conexiones que tuvieran que atravesar ese espacio.

En concreto, según han informado fuentes de Aena, durante el tiempo en el que se ha decretado el 'rate zero', de cerca de 380 vuelos programados en Palma se han visto afectadas diez llegadas. Se trataba de vuelos internacionales y nacionales --dentro de éstos, algunos de Madrid y Barcelona--.

En Ibiza, durante el cierre han tenido que retrasarse tres vuelos de salida, que iban a Barcelona, Bruselas y Bristol, de un total de 102 programados. En Menorca han sido dos vuelos de llegada desde Barcelona.

Con todo, se prevé que el retraso de estas conexiones implique acumular nuevos retrasos a lo largo del día.

El cierre del espacio aéreo ha durado unos 40 minutos y ha sido provocado por el paso de los restos de un cohete chino de varias toneladas de peso.

Se trata del cohete chino CZ-5B (lanzadera Long Mach 5B), con una masa de 17 a 23 toneladas, que fue lanzado el 31 de octubre, desde el Centro de Lanzamiento Espacial Wenchang (Hainan).

La lanzadera, encargada de llevar piezas para la construcción de la estación espacial china Tiangong, enviaba el tercer y último módulo a la estación.

Al reentrar en la atmósfera terrestre, ha perdido el control.

Siendo un artefacto de gran tamaño, al entrar en la atmósfera no se desintegra por el rozamiento, sino que se fragmenta y cae sobre la superficie de la tierra o el mar.

Al tratarse de una reentrada incontrolada, no era posible predecir con exactitud la trayectoria de los restos y dónde podían caer. Durante la órbita de descenso la lanzadera pasaba sobre la Península Ibérica y que cayera antes de lo previsto era una posibilidad, aunque muy improbable.

El director de Operaciones de Enaire, Xavier Benavent, ha explicado que desde hace unos cinco días los organismos internacionales de alerta, a los que Enaire está suscrito, habían alertado de la entrada de este cohete en la atmósfera.

Debido a que la franja se situaba al norte de Baleares, no se han visto afectados los vuelos interislas, ni aquellos con una trayectoria horizontal (hacia el este o el oeste), como por ejemplo rutas con Valencia, pero sí los que viajaran al norte, como a Cataluña o a Europa.

Al ser algo previsto, la entrada del cohete ha estado monitorizada en todo momento por los gestores de navegación aérea, en este caso Enaire, que siguiendo las recomendaciones de la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA), ha "limpiado" de tráfico la zona afectada por el paso del cohete, con un margen de 100 kilómetros hacia el norte y otros 100 kilómetros hacia el sur durante 40 minutos, entre las 9.37 y las 10.17 horas, con el objetivo de evitar que algún fragmento pudiera colisionar con un avión.

De esta forma, todos los vuelos programados en ese tramo temporal se han visto retrasados y todos los que debían sobrevolar esa franja han sido redirigidos. Según ha publicado el gestor aeroportuario Aena, de los 5.484 vuelos programados en los 46 aeropuertos de su red, unos 300 se han visto afectados por retrasos.

El cohete ha pasado a 80 kilómetros de Madrid y ha atravesado zonas de Cataluña y el norte de Baleares. En total, el espacio aéreo cerrado ha abarcado una superficie de 1.200 kilómetros de ancho y 200 kilómetros de alto.

El director general de Transporte Marítimo y Aéreo del Govern, Xavier Ramis, en declaraciones a IB3 Ràdio, ha matizado que el paso de este cohete ya se conocía este jueves por la noche, por lo que el cierre del tráfico ha sido una medida puramente preventiva. De hecho, ya se había organizado la programación para que no se viera afectada ninguna aeronave.

Así, ningún avión "ha tenido que dar vueltas" por no poder aterrizar. "Todo estaba bastante planificado para evitar molestias a los usuarios", ha apuntado.

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