Muere la ballena que fue liberada de unas redes de pesca en Cala Millor

La ballena yubarta de 25 toneladas que fue avistada este fin de semana en Mallorca ha fallecido varada en la costa de Tavernes de la Valldigna (Valencia), según ha informado este viernes en un comunicado la Fundación Oceanogràfic.

La entidad ha explicado que el animal fue avistado y liberado de unas redes de pesca hace unos días en Cala Millor, Mallorca, y que después fue localizado en la playa de Tavernes de la Valldigna "extremadamente débil y con varios cortes en la aleta dorsal".

Tras el hallazgo, el equipo de rescate de la Fundación Oceanogràfic, a través de la Red de Varamientos de la Comunitat Valenciana, se ha desplazado a la zona para evaluar el estado de la ballena, que finalmente ha muerto.

Guardia Civil, Policía Local, otros miembros del Ayuntamiento de Tavernes de la Valldigna y técnicos de la administración central han estado también presentes durante el operativo desplegado.

La fundación ha señalado que se ha evaluado la posibilidad de sacar a la arena al animal, un ejemplar de 25 toneladas y 12 metros de longitud aproximadamente, para realizarle la necropsia y poder conocer las causas de su muerte.

Igualmente, ha comentado que la cercanía a la costa ha complicado el operativo para remolcar a mar abierto a la ballena, que presentaba varias heridas en la aleta dorsal y "era incapaz de seguir nadando".

El responsable de Conservación de la Fundación Oceanogràfic, José Luis Crespo, ha indicado que "dada la grave condición y su tamaño, las posibilidades de rescate eran nulas". "Le generaríamos más lesiones y complicaría su condición y, posiblemente, aparecería de nuevo en la arena", ha agregado.

REDES PROHIBÍDAS EN EUROPA

La ballena quedó enganchada en unas redes de deriva que están prohibidas en la Unión Europea desde el 2002.

Así fue cómo ocurrió el rescate en Mallorca, contado en primera persona por Pedro Riera Llompart, que habló con Crónica Balear:

Pedro tiene 50 años y dicen de él que aprendió antes a nadar bajo el agua que sobre ella; aunque no se dedicó al mar profesionalmente. Perlero de Majorica durante toda su vida, compaginaba el trabajo con su verdadera pasión: el mar y la fotografía submarina.

Una estrecha relación con el medio que le ha permitido ser instructor de buceo, guía de cuevas marinas, amante de la pesca submarina y otras tantas tareas relacionadas con el mar. Ahora, dedica su vida, exclusivamente, a la documentación fotográfica de mares, océanos y sus impresionantes habitantes.

¿Te sorprendió lo que viste?

Imagínate. Claro que sí, muchísimo. Ballenas por aquí hay muy pocas y las que aparecen, lo hacen varadas o muertas. Cuando llegué vi al majestuoso animal soplando, parecía muy muy débil, estaba atorada con la red. No podía salir a respirar, no podía casi moverse. Tenía las aletas pectorales pegadas al pecho a causa de la red y no las podía utilizar. Estaba enredada desde la boca a la cola. De vez en cuando, se movía un poco para intentar coger aire, lo hacía y luego se dejaba sumergir de nuevo unos dos o tres metros. Cada cierto tiempo repetía el esfuerzo. Era lo único que podía hacer para mantenerse viva. Detrás de la cola llevaba más de quince metros de red que le pesaba mucho y le estiraba hacia abajo. Le obligaba a tener una postura vertical en vez de horizontal. Claro, al hacer el esfuerzo para salir a flote, la red se tensaba y se le clavaba en la espalda y en las aletas. Estaba muy muy mal.

¿Qué te transmitió el animal?

Cuando me tiré al agua fui directo a la zona de la cabeza, me puse delante del ojo, para verla bien y enseguida giró la mirada y la clavó en mí. Se puso un poquito nerviosa y se revolvió. Me quedé frente a ella, mirándola, ella me seguía con su ojo y de vez en cuando, lo cerraba para descansar. A los pocos minutos se relajó y dejó de moverse y de repente empezó a mirarme de otra manera, como pidiendo ayuda. Yo creo que identificó que la estábamos ayudando y que no íbamos a hacerle daño.