Luis, el hombre que lleva 40 días viviendo a las puertas de Son Espases
Carlota Padilla | Mallorca, 12 de Noviembre de 2022 | 20:16h

Luis Forteza es un hombre que lleva 40 días viviendo a las puertas del Hospital Universitario Son Espases. Se trata de un hombre de 54 años, con una enfermedad que le impide moverse y que vive en la calle.
Su madre es de la Península y su padre es mallorquín, se casaron y él ha vivido en Mallorca toda su vida, ha trabajado de albañil durante mucho tiempo, hasta que a inicios de los 2000 sufrió una enfermedad, le operaron del corazón y, a partir de ahí, comienza su delicado estado de salud, que empeora y le impide trabajar.
Todo ello, propicia que aumente mucho de peso y le cueste, incluso, caminar.
Luis vivía con sus padres hasta que su madre falleció. Cuando ocurrió esta desgracia, su hermano, entró a vivir allí. Luis, por su parte, abandonó su hogar, ya que la relación con su hermano es bastante mala.
Por su parte, su hermano asegura que entró a vivir en la casa ya que “le corresponde” y que desde entonces, debido a la enemistad entre ellos, han intentado venderla para repartir entre todos los hermanos el dinero, pero sin la firma de Luis, no se puede y él no quiere firmar. Además, su hermano afirma que no se deja ayudar por mucho que su familia lo haya intentado en reiteradas ocasiones.
A partir de ahí, comienza a vivir en la calle, no tiene adónde ir, no tiene adónde vivir y tampoco puede trabajar, ya que su enfermedad se lo impide. A día de hoy, cuando está parado puede llegar a ahogarse, depende de la posición en la que esté sentado.
Desde entonces, ha ido rotando por muchos albergues, pero dice que es un "sinvivir", ya que en esos lugares hay gente toxicómana, guarra, que escupe en la comida. Confiesa que ha llegado a vomitar de ver las cosas que se hacen con la comida. Así, asegura que prefiere "mil veces" vivir en la calle que en albergues, ya que es "horrible" y es "imposible estar allí".
Hace un mes y medio vivía detrás del parque de Bomberos en Son Malferit, lugar donde, dice, quería quedarse a morir. Luis pide la eutanasia, ya que, según él, esta no es forma de vivir. Cabe recordar, que se lleva muy mal con su hermano, además, cuenta que quieren estafarlo con la herencia de su madre (pues una parte le corresponde a él, pero tiene más hermanos con los que repartir lo que su difunta madre les dejó).
Según su versión, al conocer su paradero, posiblemente por avisos de vecinos de la zona, lo han llevado hasta Son Espases, "aquí me han tirado como a un perro". De esta forma, desde el pasado día 4 de octubre, está en el hospital, frente a la puerta de urgencias, sentado en un banco de hormigón, viviendo.
Lo más llamativo es que lleva más de un mes orinando y haciéndose todas sus necesidades encima, no porque no quiera ir al baño, sino porque no puede, le falta el aire si se mueve.
Luis, por desgracia, está rodeado de mosquitos, ya que el hedor que desprende por la falta de higiene lo favorece.
El pasado día 8 de noviembre, Luis tenía una cita para acudir al cardiólogo, pero no fue; dice que simplemente no puede, no puede moverse para ir a un baño a orinar, ni tampoco puede subir varias plantas para acudir a una cita con un médico.
Afirma que el personal del hospital sabe que él está ahí y que lleva ahí más de un mes, podrían haberle ayudado a subir. En el tiempo que lleva allí, nadie ha ido a verle, solo trabajadores de la Cruz Roja quienes, sin embargo, no le ofrecen soluciones.
Por otra parte, cabe destacar que Luis mira con recelo todo lo que tiene que ver con la sanidad, ya que, en el pasado, ha tenido malas experiencias que le han llevado a ello.
Luis dice que estará ahí hasta que se muera y que morirá en la puerta del hospital.
Afirma que come de lo que le da la gente, lo último que se echó a la boca fue un trozo de pizza de una familia a la que le sobró y se la ofreció.
Tras años de sufrimiento, de idas y venidas, de vivir en la miseria más absoluta, Luis no puede más, por ello pide que le den la eutanasia o, sino, morirá a las puertas del Hospital Universitario de Son Espases.