¿Los jóvenes no quieren trabajar? El fenómeno del 'new work' llega también a Baleares
Los trabajadores más jóvenes de las Islas tienen nuevas exigencias ante el mercado laboral: flexibilidad, teletrabajo y enriquecimiento personal
Alicia Romero | 29/08/2024
Cambio de mentalidad en el terreno laboral. En los últimos años, en especial tras la pandemia de coronavirus, el modelo tradicional de trabajo está cambiando. Las dimisiones, los cambios de empresa por parte de los empleados y las exigencias de nuevas condiciones laborales vienen en aumento. Es lo que se conoce como el fenómeno del "new work", un cambio de paradigma laboral como respuesta a la tecnología y la globalización del siglo XXI. Las nuevas generaciones ya no quieren ni un trabajo fijo para toda la vida ni un horario laboral establecido. La flexibilidad horaria y geográfica, el trabajo por proyectos y el constante cambio de empresa se imponen, también entre los trabajadores más jóvenes de Baleares.
Si el objetivo hace apenas unos años era conseguir un trabajo fijo y estable para toda la vida, con el mismo horario y las mismas condiciones, que asegurara una estabilidad económica y laboral, en la actualidad, los nacidos desde finales de los 80 hasta los de principios de los 2000 están rompiendo los esquemas. Cada vez son más los que se decantan por el mundo 'freelance' o se presentan la carta de dimisión si el empresario no escucha las nuevas exigencias. No hay miedo a la reinvención laboral, algo que está agudizando la falta de trabajadores en algunos sectores, como la hostelería o el sector servicios.
FLEXIBILIDAD Y ELECCIÓN PROPIA
"Se nos vendió la idea de conseguir un trabajo cualificado a raíz del que construir un proyecto vital, pero en la situación actual eso es imposible", apunta Marta Hernández, palmesana de 28 años. "Los salarios en su mayoría no lo permiten y ante esto a los jóvenes no nos queda otra que mirar otras alternativas que nos ofrece la sociedad actual. Hoy en día internet nos permite ser mucho más autónomos, puedes generar ingresos por tu cuenta o trabajar para empresas o personas de otros países", apunta. Estudió Turismo, pero ha acabado reinventándose, cursando un FP Dual de Aplicaciones Web. Su situación actual representa a la perfección el perfil del trabajador al que apuntan las tendencias: trabaja desde casa (o en ocasiones en alguna cafetería de Ciutat) diseñando páginas web y aplicaciones para distintos clientes que le llegan de todas partes del mundo a través de internet, además de colaborar puntualmente con dos empresas de la isla, pero, ocasionalmente. "Gano un poco menos que cuando trabajaba como recepcionista, pero me merece la pena. Prefiero calidad de vida y un trabajo que me ilusione y en el que decida yo en qué quiero invertir mis esfuerzos", asegura.
Además del teletrabajo, las nuevas demandas de los empleados son precisamente el trabajar por proyectos; una mayor conciliación de la vida labora y personal; formación continua por parte de la empresa o nuevos retos con los que crecer profesionalmente; el cambio constante de puesto laboral (muchos aseguran verse estancados tras una media de dos años en la misma empresa, por lo que ven el salto a otra como una oportunidad de adquirir nuevos conocimientos y experiencia, lo que se conoce como "job hopping" -salto de trabajo en inglés-) y un entorno de trabajo ameno y no hostil. "Tenemos claro, al contrario que nuestros padres, que no nos queremos dejar explotar y que el trabajo no lo es todo", concluye Marta Hernández.
Sin embargo, lo que para algunos son exigencias racionales, otros, sobre todo la población más añeja, ve en ellas las "pocas ganas de trabajar" de las nuevas generaciones. Si bien suena a la típica cantinela que se repite generación tras generación, lo cierto es que esconde un cambio en el modelo tradicional de trabajo.
LOS LECTORES OPINAN
El tema suscita debate. En una pregunta lanzada en la cuenta de Instagram de Crónica Balear, en la que se preguntaba a los lectores si creían que los jóvenes no querían trabajar o tenían otras necesidades ante el mercado laboral, las respuestas fueron, en consecuencia, cuantiosas y variadas. "Tienen nuevas expectativas e insisten en sus derechos, lo cual puede tener un efecto positivo", señala Dani. "Lo que exigimos es que se nos pague un sueldo que se corresponda con el nivel de vida. No puede ser que tengamos un trabajo a jornada completa que solo nos de para vivir en un piso compartido con otras tres personas", añade Lanis. "Esclavizan a los jóvenes por poco dinero", apunta Javier. Otros, por contra, se mostraban especialmente críticos ante estas nuevas actitudes: "La mayoría no quiere trabajar, los padres se lo han dado todo y viven del cuento. Si no es una recompensa inmediata no les interesa. Por no hablar del monumental lavado de cerebro que les entra por las redes sociales a diario", advierte Arturo, a lo que Ana María subraya: "Quieren dinero fácil, no tienen cultura de trabajo". El tiempo dirá en qué medida cambia en los próximos años se impone este cambio en el mercado laboral y en la mentalidad de los nuevos trabajadores.