La restauración de Mallorca agoniza: "Hay muchas decisiones de cierre de negocios encima de la mesa"
Marina J Ramos | 15/03/2021
Tras un año en el que se les ha impedido abrir sus locales durante meses, y cuando se les ha permitido, ha sido bajo estrictas limitaciones, este lunes la restauración de Mallorca reabre (otra vez) el interior de sus locales agonizando. Se acumulan recibos, préstamos que ahora hay que empezar a devolver y son pocos los ingresos.
La presidenta de PIMEM Restauración, Eugènia Cusí, destaca que tras 12 meses de restricciones y meses en los que apenas han podido trabajar, la situación a estas alturas es para muchos dramática: "Los bolsillos están vacíos y las ayudas que se han recibido hasta ahora han sido insuficientes. Hay muchas decisiones de cierre de negocios encima de la mesa, locales traspasándose y gente que tenía varios establecimientos, renunciando a alguno de ellos, sino varios".
"O LLEGA EL DINERO PRONTO, O EL ADEBACLE ECONÓMICO DE LA RESTAURACIÓN VA A SER IMPRESIONANTE"
Muchas de las decisiones de si continuar con el negocio o echar el cierre de forma ya definitiva están a la espera de los fondos de recuperación anunciados por el Gobierno la semana pasada.
Desde PIMEM Restauración han solicitado a la Administración que las empresas puedan consultar o simular la ayuda que les tocaría percibir y en qué momento llegaría la financiación. "De estas dos decisiones: a cuánto puedo aspirar y en qué momento puedo disponer de este dinero, van a depender muchas de las decisiones de continuar o no con los negocios", explica la presidenta del sindicato.
PREVISIONES PARA LOS PRÓXIMOS MESES
Un buen predictor para prever el turismo que se espera es el volumen del control del tráfico aéreo europeo. Y las previsiones no son buenas.
Por el momento se pronostica que los meses de julio y agosto van a tener un 50% del tráfico aéreo normal, mientras que en mayo y junio esta cifra se reduciría al 25%, del mismo modo que en septiembre. El resto de meses, por contra, las operaciones aéreas se prevén casi residuales.
Ante estos datos, los restauradores dan por perdida la campaña de Semana Santa y se encomiendan a la temporada estival. Un nuevo retraso -otro más- a la espera de la tan ansiada recuperación de la actividad turística y, por ende, económica.
