La Escuela Oficial de Idiomas de Palma es ahora la EOI Andreu Crespí Plaza

La Escuela Oficial de Idiomas (EOI) de Palma ya es la EOI Andreu Crespí Plaza después de que este miércoles se haya celebrado un acto conmemorativo de la figura de Andreu Crespí Plaza para escenificar el cambio de nombre del centro.

Según ha informado la Conselleria de Educación y Formación Profesional, el conseller, Martí March, ha participado en el acto de cambio de nombre, una iniciativa que surgió a petición de un grupo de personas, que forman parte de la comunidad educativa de Baleares, para rendir homenaje a la figura de Andreu Crespí Plaza, a título póstumo.

En un escrito a la Conselleria, se solicitó como homenaje por su aportación al sistema educativo de las Islas, que se hiciera lo posible para dar su nombre a un centro educativo, preferentemente situado en Palma, para dejar constancia de "la dedicación de una persona de gran valía personal y profesional y que tanto hizo para la mejora y el progreso de la educación en Baleares".

En el acto de este miércoles han intervenido, además del conseller, la directora actual de la EOI y una de las hijas de Andreu Crespí. Sus intervenciones han recordado el carácter emprendedor de Crespí, diferentes anécdotas de su trayectoria en el ámbito educativo y la emoción de la familia al comprobar que después de su muerte muchas personas se habían movilizado para pedir un reconocimiento a su trayectoria.

Este centro entró en funcionamiento el 1 de octubre de 1986, durante la gestión de Crespí como director provincial de Educación en Baleares y se convirtió en una de las primeras escuelas oficiales de idiomas del Estado.

Crespí fue director provincial de Educación en Baleares del año 1983 a 1995, el director con más antigüedad en el cargo de toda España. En los años 80 el sistema educativo en las Islas sufría carencias importantes, tanto de recursos humanos, como de infraestructuras escolares, principalmente en secundaria.

Crespí afrontó entonces una redefinición del sistema desde el consenso y el diálogo, para intentar encontrar soluciones pensando en los alumnos. Cuando en 1995 dejó su cargo, su gestión fue reconocida públicamente por parte de todos los estamentos de la comunidad educativa, desde las AMIPA, hasta los sindicatos, las asociaciones de profesorado y los alumnos.