Critican al Ayuntamiento de Llucmajor por "acosar a los hoteleros para que no acepten viajes de estudios"

Vox ha denunciado el "acoso" por parte del Ayuntamiento de Llucmajor, dirigido por el popular Eric Jareño, a los hoteleros de la zona de S’Arenal de cara a la llegada de los grupos de jóvenes de viaje de estudios.

"Se ha presionado para que no acepten viajes de estudios y se ha dado a conocer la intención de la Policía Local de identificar a los grupos de tres o más personas que se acerquen a la playa", indican. 

Y esto sucede mientras un "año más el estado del mobiliario urbano, de la vía pública, y de la limpieza siguen sin estar a la altura de una zona turística de referencia".

"El PP de Llucmajor parece haberse contagiado de los prejuicios de la turismofobia de la izquierda. Y lo peor es que se suma a esta ola contra los turistas cuando ha abandonado la zona de s’Arenal, tanto la primera línea turística como las calles de los residentes. Esto parece una zona de guerra, no un lugar de vacaciones", ha manifestado la coordinadora de Vox Llucmajor, Marga Palmer.

Desde Vox se han mantenido una serie de encuentros con empresarios y hoteleros de la zona, que "muestran su preocupación por la campaña contra el turismo de viajes de fin de curso que deja en s’Arenal no menos de 11 millones de euros cada temporada".

"Se da el caso de hoteles que pagan 500.000 euros anuales de tasas municipales sin que el consistorio haya invertido ni un solo euro en el mantenimiento, adecuación y mejora de la vía urbana", critica la formación.

Palmer ha lamentado que "se ataque ahora al turismo joven cuando aún no hemos superado la crisis económica de la pandemia que se ha visto agravada por la guerra de Ucrania. ¿Qué esperan de los hoteleros….? ¿Que paguen tasas y mantengan los hoteles cerrados porque al alcalde no le gustan los viajes de estudios? ¿Y qué hará la oferta complementaria que depende de la apertura de los hoteles?". Por otra parte, ha lamentado que "s’Arenal lleva años abandonado por el Ayuntamiento". "La imagen que se da al turista es tercermundista", asegura.

Respecto a cómo afecta esta cuestión a los vecinos, Palmer ha insistido en la necesidad de conciliar la actividad turística y la residencial, lo que pasa invariablemente por "la mejora de la limpieza y el incremento de la seguridad, la eliminación de los focos de marginalidad y la recuperación de la percepción e imagen de que este es un lugar de ocio de primera".