Cierra un local de ocio de Palma ante la imposibilidad de cumplir las restricciones del COVID
Sergio Jimenez | 23/10/2021
El dueño de un café-concierto de Palma se ha visto en la obligación de cerrar su local por las restricciones que mantiene el Govern contra la COVID.
Y es que, a pesar de los buenos datos epidemiológicos en Baleares, que alcanzó a finales de agosto el 70% de la población diana vacunada con la pauta completa, el Ejecutivo autonómico todavía mantiene en este tipo de locales limitaciones de aforo, así como de CO2, cuyos medidores no pueden superar en ningún momento los 800 ppm.
José Javier Moreno, dueño de la sala Indalo de Palma, asegura que las limitaciones de CO2 son una “desproporción”. “Es imposible controlar el CO2 en un local que debe tenerlo todo cerrado”, critica.
Asimismo, indica que es “muy difícil” ventilar este tipo de salas en 10 o 15 minutos con extractores. Todo ello mientras el público debe esperar fuera del local hasta que los niveles de CO2 bajan de 800 ppm. “No podemos mantener a los clientes en la calle en mitad de un espectáculo”, añade José.
Por otro lado, detalla que prácticamente cada fin de semana algún inspector del Govern se pasa por su local para comprobar que cumplen con todas las medidas contra la COVID. “Nos tratan como delincuentes, como si fuéramos los culpables de todos los contagios de la isla”, denuncia.
“Que digan el número de personas contagiadas en un local de ocio nocturno. Somos los que menos hemos contagiado porque hemos estado mucho tiempo cerrados y con medidas muy estrictas”, declara José.
Además, asegura que no ha recibido ninguna ayuda por parte de las instituciones públicas para paliar todas las pérdidas ocasionadas por la COVID. “Después de todo lo que hemos pasado, ahora hay que cumplir también la normativa de CO2 que me impide tener a más de 20 personas en la sala. El año pasado, sin vacunas, no me lo pedían y podía trabajar manteniendo las limitaciones de aforo”, sostiene.
De momento y hasta que no cambie la normativa, la sala Indalo de Palma mantendrá sus puertas cerradas al público. De hecho, ya ha cancelado todos los eventos que tenía programados en las próximas semanas.
“El Govern nos está hundiendo. No nos ha ayudado nada. Su única solución: prohibir”, concluye José Javier Moreno, dueño de la sala Indalo.