2020, el año del coronavirus: así se ha vivido en Baleares
Redacción | 29/12/2020
Baleares termina un 2020 que será recordado en todo el mundo por la pandemia mundial del coronavirus. El archipiélago cierra el año con más de 33.000 casos acumulados y más de 450 fallecidos, habiendo superado los 6.500 casos activos en diciembre.
El coronavirus ha supuesto cambios de calado en la vida de los baleares: confinamientos perimetrales en barrios o municipios enteros; una Semana Santa sin procesiones; un verano con mascarilla; y, estos días, una Navidad diferente. El año ha acabado con un endurecimiento de las restricciones y la hostelería cerrando a las 18.00 horas.
Sin embargo, el año se despide con un rayo de esperanza que alumbra el final de la pesadilla: Avelina Serrano fue la primera persona en vacunarse el domingo 27 de diciembre. La campaña de vacunación arrancó en las residencias de personas mayores y con discapacidad.
9 DE FEBRERO: PRIMER CASO DE COVID EN BALEARES
El coronavirus llegó a Baleares en febrero y fue una de las primeras regiones españolas en detectar un contagio. El día 9 se confirmó el primer caso en Mallorca, un británico residente en Marratxí que recibió el alta días más tarde.
Sin embargo, Mallorca no estaba a salvo del virus. El mismo mes se detecta un segundo caso, el de una mujer que había viajado a Italia. El 12 de marzo muere una mujer con patología crónica en Son Espases, la primera fallecida por coronavirus en la Comunidad. Dos días más tarde se declara el estado de alarma: Baleares tenía constancia entonces de 28 infectados por COVID-19.
LLEGA EL CONFINAMIENTO
El confinamiento decretado en el estado de alarma implicaba quedarse en casa excepto para desplazamientos básicos necesarios: hacer la compra, sacar la basura, pasear el perro o trabajar -si bien muchas actividades, entre ellas la del sector turístico, fueron suspendidas-. El confinamiento total dio lugar a imágenes insólitas de plazas vacías y cuerpos de seguridad patrullando las calles.
Baleares tuvo que repatriar a miles de turistas a los que el estado de alarma pilló de vacaciones. Por primera vez, toda la planta hotelera tuvo que cerrar, excepto algunos hoteles que se destinaron a otros usos -por ejemplo, el Palacio de Congresos, que fue medicalizado con el apoyo del Ejército-.
El estado de alarma finalmente duró meses y fue a finales de abril cuando el Gobierno anunció un plan de desescalada por fases. Formentera, por su buena situación epidemiológica, fue uno de los territorios más avanzados: el 4 de mayo entró directamente en la fase 1, que permitía abrir terrazas de bares, hoteles y celebrar reuniones de hasta diez personas. No fue hasta junio que todas las islas entraron en la llamada 'nueva normalidad'.
Durante todo este tiempo el Govern hizo diversas compras de emergencia para abastecerse de material de protección: mascarillas, guantes, batas y otros elementos que todos los países del mundo necesitaban. Se fletaron varios aviones desde China para traer este material a las Islas.
MASCARILLA, REUNIONES LIMITADAS, TOQUE DE QUEDA Y OTRAS MEDIDAS
A lo largo de estos meses han ido variando las medidas sanitarias para protegerse del virus. La mascarilla, que inicialmente se recomendaba sólo para algunos casos, ha pasado a ser obligatoria en prácticamente todas las situaciones.
En agosto, Baleares prohibió las reuniones de más de diez personas. Este número ha bajado posteriormente a seis y finalmente ha quedado fijado según un sistema de niveles -popularmente conocido como 'semáforo COVID-19'- que diferencia la situación de cada isla. Así, en Formentera se pudieron hacer reuniones de hasta 20 personas en exterior -cuando estuvo en nivel 1, del que ahora ha salido- mientras que en Mallorca el número máximo es de seis.
Este 'semáforo COVID-19' también ha condicionado el toque de queda en las Islas, que en Mallorca es al cierre del año de 22.00 a 6.00 horas. Estas limitaciones no se han relajado en los días de Navidad, a diferencia de lo que ha ocurrido en otras islas.
El Parlament también ha tenido que adaptarse a la COVID-19 y de hecho ha reformado su reglamento para poder funcionar en circunstancias excepcionales -tras suspender toda la actividad en algunos momentos de la pandemia-. Se dieron situaciones en las que el positivo de algún diputado obligó a varios parlamentarios a confinarse.
CRISIS ECONÓMICA SIN PRECEDENTES
El parón económico para frenar la expansión del virus ha supuesto una crisis sin precedentes en España, pero ha golpeado con especial dureza a Baleares por su dependencia del sector servicios. Tanto abril como mayo fueron meses de actividad completamente nula para el turismo: así lo constatan las estadísticas turísticas del INE, a cero durante esos meses.
Baleares ha liderado la crecida del paro, que llegó a duplicarse en el mes de junio respecto a 2019. En la última actualización de cifras del paro, se contabilizaban 85.330 parados en la Comunidad, la cifra más alta de parados para un mes de noviembre desde 2013.
Los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) han amortiguado este golpe, puesto que los trabajadores con suspensión de empleo no se contabilizan como parados, y más de una quinta parte de la masa laboral afiliada llegó a estar incluida en un ERTE. Baleares fue el escenario en septiembre de la Mesa de Diálogo estatal para tratar la prórroga de los ERTE.
El Govern cifró en un 31,6% la posible pérdida del PIB -una estimación que posteriormente se ha matizado levemente a la baja-.
Todo esto ha impactado sobre la calidad de vida de los ciudadanos. Los que antes de la crisis económica ya lo pasaban mal, ahora están mucho peor. Sin embargo, también ha habido gente que se ha visto abocada a vivir de la caridad a causa de la miseria que ha dejado el rastro del coronavirus.
REACTIVACIÓN ECONÓMICA
En mayo se aprobó un decreto de medidas por el COVID incluyendo una serie de actuaciones para reactivar la actividad económica: la más polémica, la ampliación de hoteles hasta un 15% sin licencia -mediante una declaración responsable-, que colectivos ecologistas comparan con la 'Ley Delgado' del PP. Calculó un impacto de 3.500 millones de euros y 31.000 empleos con el conjunto del decreto.
En junio el Govern impulsa un 'plan piloto' para la reactivación del turismo con Alemania. Pero el fin de semana anterior al inicio del plan el Gobierno decide levantar las restricciones a las fronteras en el espacio Schengen, por lo que el plan piloto queda reducido a una semana y la llegada de turistas también se reduce a unos 1.400 turistas alemanes.
Igualmente, el Govern ha promovido un pacto para la reactivación económica -que no han firmado ni PP, ni Vox ni MÉS per Menorca-, entre otras medidas.
POLÉMICA DEL 'BAR HAT'
En octubre las medidas sanitarias en los bares fueron el núcleo de una polémica en torno a la presidenta del Govern, Francina Armengol, por su presencia de madrugada en un bar -el Hat Bar- inspeccionado por incumplir el horario de cierre -que entonces estaba fijado a las 1.00 horas-.
La Presidencia aseguró que Armengol y algunos colaboradores estuvieron en el establecimiento hasta alrededor de las 01.00 horas, pero que "en el momento de salir, el director general de Comunicación sufrió un desmayo", por lo que esperaron fuera hasta que se recuperase.
CURSO ESCOLAR SEMIPRESENCIAL
El curso escolar 2020-2021 comenzó el 10 de septiembre con medidas excepcionales por la pandemia -como la obligación de llevar mascarillas en clase a partir de 1º de Primaria-.
El curso empezó en el llamado 'escenario B', de semipresencialidad: presencial en Infantil, Primaria y 1º de ESO, y a partir de 2º de ESO, Bachillerato, Formación Profesional y Estudios de Régimen Especial, los centros educativos pudieron optar por sistemas de enseñanza semipresencial o presencial. Volvían a las aulas un total de 170.369 alumnos, pero no de forma simultánea, sino escalonada.
Las medidas para frenar el COVID-19 también afectaron a la Selectividad, que en Baleares se desarrolló con bastante normalidad, aunque un alumno hizo las pruebas de julio aislado por prevención, tras haber estado en contacto con un positivo.