Todos los detalles de la moción de censura "poco ociosa" para Ramón Tamames

EFE | 22/03/2023

El profesor Ramón Tamames (c) abandona el hemiciclo acompañado por los diputados de Vox Ignacio Gil (i) e Iván Espinosa de los Monteros (d) tras concluir la sesión y ser rechazada la moción de censura. EFE

Ramón Tamames no había venido a esto, a la bronca, al grito, a la dialéctica de amigos y enemigos en el ring de la Carrera de San Jerónimo, y así se lo ha dicho a todos antes de perder la moción de censura contra Pedro Sánchez y después de recomendar al socialista Patxi López que se tomara una cafinitrina.

Porque el portavoz del grupo socialista ha puesto en pie a los suyos con un discurso enérgico, muy duro con los adversarios del PP y Vox y muy reivindicativo de los valores socialistas y su historia, una historia en la que ha salido hasta Franco, el dictador, y su féretro en helicóptero desde el Valle de los Caídos camino del Pardo.

Pero el profesor empujado por Vox para perder la moción de censura no había venido a escuchar semejantes voces ni tamaño entusiasmo oratorio jaleado por los aplausos de la izquierda, y cuando ha pedido la palabra para replicar las intervenciones de los portavoces sobre su discurso escuchadas ayer y hoy, lo ha explicado muy claramente.

"Esto no es una sesión parlamentaria, es un mitin preparatorio de las elecciones del 28 de mayo", ha manifestado, sentado desde su escaño vecino al de Santiago Abascal por su izquierda y al del portavoz del PNV, Aitor Esteban, por su derecha.

Tras la prolongada sesión de ayer, el excomunista y veterano economista ha aparecido con algo más de energía, caminando apoyado en su bastón pero sin necesidad de sujetarse en el hombro del ujier que también le acompañaba, siempre escoltado por el líder de Vox.

Primero ha intervenido la portavoz del PP, Cuca Gamarra, que ha encantado a los diputados populares al desdeñar el valor de la moción de Vox pero situando la verdadera moción en las urnas que piensa sí desalojarán a Pedro Sánchez de La Moncloa. Ha cerrado el turno el portavoz del PSOE, Patxi López, con su encendida alocución.

A Ramón Tamames no le he gustado un tono que le ha retrotraído a las dos Españas, al 36, cuando comenzó la Guerra Civil, y consultando de hito en hito el contenido de unos folios grapados que sujetaba con las manos, se ha quejado porque siguieran sin respuesta sus reflexiones sobre la política del Gobierno con Marruecos y el Sáhara.

Y si ayer propuso a la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, una reforma del Reglamento contra los tochos sin límite leídos por los miembros del Gobierno, hoy le ha invitado a hacer hablar a los diputados "de otra manera" para evitarles un posible infarto. Y a López, "una cápsula de cafinitrina".

El candidato de Vox aunque no es de Vox, aplaudido únicamente por los diputados de Vox, se ha defendido de los reproches hacia este partido por no suscribir el Pacto contra la Violencia de Género, y ha acusado al Gobierno de utilizar a las mujeres "como si fueran una moneda de cambio".

En ese momento ha señalado hacia la escultura que en la parte superior del hemiciclo representa en mármol a la reina Isabel la Católica, obra de José Pagniucci y Zume, para sentenciar: "Para mujeres ahí tenemos a una, Isabel la Católica, que ya en el siglo XVI tenía más poder que el propio rey". Más aplausos de Vox.

Luego se ha referido a las intervenciones de todos los portavoces de los grupos que hablaron ayer y hoy, citando incluso a Mirehia Vehí, de la CUP, cuyo discurso le pareció con "puntos de interés", mientras que de Joan Baldoví (Compromís) ha lamentado que le guste hablar alto, "y no por hablar alto se tiene más razón".

Tras su repaso ha concluido que la moción había sido "cualquier cosa menos ociosa" y ha asegurado no haber "perdido el tiempo", para retrotraerse nuevamente al pasado, esta vez a la moción de censura de 1980 de Felipe González contra Adolfo Suárez, que ha calificado de "impresionante" porque "fue la primera vez que la gente sintió que la política estaba en todas partes".

Así que yendo y viniendo en el tiempo y en su discurso, ha criticado la "ignorancia" actual sobra la historia, el que se hable tanto de franquistas y antifranquistas, ha citado al historiador Hugh Thomas y las Cortes Constituyentes del 77 con González y Santiago Carrillo, para acabar dando las gracias a todos por "una sesión imborrable en lo poco que ya tenga de actividad en esta vida".

Y aunque ya se había despedido, sin mucha intención de volver a intervenir, ha vuelto a hacerlo para debatir brevemente con Aitor Esteban sobre el independentismo vasco.

Lo ha hecho contando una anécdota de la segunda vez que estuvo en prisión, en 1976, cuando les dio unas lecciones de economía a unos presos de ETA a los que pidió que le hablaran de la lengua vasca; "luego les perdí la pista", ha reflexionado. No ha tenido aplausos.

La segunda, a modo de estrambote, para cerrar el debate tras hablar el presidente Pedro Sánchez, quien le ha pedido respeto al Parlamento. Ramón Tamames le ha atribuido el "síndrome de La Moncloa", ha aseverado que nadie puede dar títulos de fascistas o demócratas y ha asegurado haberse tomado "muy en serio" la moción.

Perdida ya la votación por llamamiento, al filo de las 12 y media de la mañana del 22 de marzo, día de San Epafrodito y San Nicolás Owen entre otros, el candidato Tamames ha pasado a la historia del parlamentarismo español tras saludar a muchos diputados de Vox, PP y Cs y hacerse una foto de familia con los de Abascal.

Luego, ha abandonado el hemiciclo. Gracias por venir.

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Comentarios

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  • Mallorqui fart. - 26 de Marzo de 2023 a las 16:45
    El abuelete cambia de "camisa" como de calcetines.Vaya,vaya.
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