El vecino retira la lancha de su terraza tras la polémica y ordenárselo el Ayuntamiento
Redacción | 31/01/2023

El vecino de un edificio de viviendas de Es Castell que optó por guardar su lancha de seis metros de eslora en la terraza de su piso ubicado en una tercera planta ha retirado la embarcación después de que el consistorio le diera para ello un plazo de 24 horas aludiendo a los motivos de seguridad.
Según imágenes divulgadas por las redes sociales, el propietario de esta embarcación, que emplea cuando el estado de la mar lo permite, precisó de una grúa para subirla y colocarla en el espacio del que dispone.
El hombre disponía de 24 horas para retirar la lancha por motivos de seguridad, como han determinado los técnicos del área de Urbanismo del consistorio de Es Castell tras realizar diferentes informes y analizar la situación.
El propietario se ha hecho cargo de la retirada de la embarcación y un camión-grúa ha participado en la operación.
Además de la peligrosidad que suponía en materia de seguridad, desde el consistorio explicaron que no se registró ningún permiso de ocupación pública para proceder mediante un camión-grúa a la elevación de la lancha. También han recordado que una terraza de una vivienda no dispone de uso industrial ni náutico.
La lancha se encontraba en una terraza a diez metros de altura.
El propietario decidió llevar a cabo el invernaje de la barca, de unos 6 metros de eslora, con el fin de ahorrarse los 70 euros mensuales de coste de una cochera, así como poder realizar las reparaciones desde su domicilio.
FUNCIONARIOS DE LA PRISIÓN DE PALMA DEJAN TAMBIÉN SU LANCHA EN EL PARKING
Tal y como publicó Crónica Balear, el parking interior de funcionarios de la cárcel de Palma ofrece una imagen inusual: algunas de las plazas reservadas a los coches de los trabajadores de la prisión se encuentran ocupadas por lanchas de su propiedad. La llamativa escena no pasa desapercibida, tras las alambradas, desde la carretera de Sóller.
Fuentes de Instituciones Penitenciarias señalaron a este medio que el "atraque" de las barcas en el parking del centro penitenciario de Palma cuenta con la autorización de su director, siempre, eso sí, que no impidan ni dificulten el aparcamiento de los coches del resto de funcionarios.