Un funcionario explica que las vallas de Cursach para desviar a los clientes a BCM no tenían licencia

Un funcionario del Ayuntamiento de Calvià ha afirmado este viernes durante el juicio del 'caso Cursach' que las vallas que se instalaron en la plaza Pitiusas de Magaluf para desviar a los clientes a BCM no tenían licencia y que a pesar de los informes sobre la cuestión las hubo "de todas formas y colores".

El juicio ha seguido este viernes con declaraciones como testigos de policías locales del municipio, así como de funcionarios del Consistorio.

El funcionario se ha referido a los informes redactados contra la instalación de estas barreras entre 2014 y 2016, aunque ha reconocido que la tramitación experimentaba retrasos por el volumen de denuncias cruzadas entre el grupo Cursach y sus competidores. "Parecía que trabajamos sólo para ellos y no para el resto de los vecinos del municipio", ha afirmado.

El mismo funcionario ha revelado que recibió "constantes presiones" en nombre del empresario Bover y a través de una personas ordenada por el juez Penalva durante la instrucción del caso para redactar informes con la documentación únicamente de una parte.

También ha negado que el entonces director general de Turismo y Comercio del Ayuntamiento de Calvià, Jaime Nadal, tuviera competencias para retirar o no las polémicas vallas.

Uno de los policías locales de Calvià, por su parte, ha afirmado que las actuaciones de funcionarios policiales en la plaza Pitiusas de Magaluf por los conflictos entre los establecimientos de Cursach y su competencia eran "recurrentes" y ha añadido, en relación a las vallas, que éstas "iban cambiando" de forma.

Otros dos agentes de la Policía Local han apuntado igualmente que no detectaron trato de favor hacia los establecimientos del grupo Cursach en el entorno de la plaza Pitiusas.

Un tercer agente también ha señalado que las actuaciones eran frecuentes por las "rencillas" entre los dos grupos empresariales por las vallas, la venta de tíquets o las salidas de emergencia.