“Mi hermano no ha muerto en la cárcel de Palma, a mi hermano lo han matado allí dentro”
Alba González | 13/09/2022
Una familia de Palma denuncia a la Policía Nacional las extrañas circunstancias en las que apareció muerto Francisco Belmonte, de 52 años de edad, interno en el centro penitenciario desde hacía tres años y bajo una condena de doce. Según indica la autopsia, a la que la familia no ha podido acceder hasta ayer mismo, la muerte fue accidental y por reacción a sustancias estupefacientes; aunque los familiares defienden que no se describen los numerosos golpes, heridas y contusiones que advirtieron en el cadáver cuando lograron verle en el tanatorio. La familia clama justicia y asegura tener pruebas de que su hermano no murió accidentalmente. Además, explican que estaba amenazado de muerte, desde hacia semanas, en el propio centro penitenciario de Palma. Crónica Balear habla con su hermana.
¿En qué situación se encontraba tu hermano?
Llevaba tres años en prisión y tiene una condena de doce años en total. Había estado ocho meses en el módulo terapéutico pero discutió con alguien allí y lo derivaron al módulo catorce. En ese empezaron todos los problemas. Cuando se le pasa allí, ya no se le hacen visitas médicas ni nada. Incluso él mismo pidió el traslado para irse de Palma porque no se sentía seguro, estaba amenazado de muerte y no le hicieron caso. Han vulnerado sus derechos
La autopsia indica una “sobredosis”, ¿cuál era la relación de tu hermano con la droga?
Ha pasado treinta años de su vida enganchado. Esa es la verdad. Los últimos diez años consiguió mantenerse limpio y estuvo trabajando; le iba muy bien pero sufrió una recaída y delinquió para volver a consumir. Cometió algunos robos, se le juntaron varias condenas y le cayeron los doce años que estaba cumpliendo.
¿Os había contado que recibía amenazas en la prisión?
Sí. Decía que de un funcionario. Se lo dijo a mi hermano y a mi sobrino, incluso el domingo antes de morir se lo dijo de nuevo a mi hermano y también a mi madre. Les contó que le habían metido en un cuartito y que lo desvistieron, iban a pegarle pero él les dijo que no sería la primera vez que denunciaba a un funcionario por darle una paliza y le dejaron en paz.
¿Le había ocurrido ya en otra ocasión?
Hace ya años en la misma cárcel, en Palma, denunció a dos funcionarios por romperle la boca. Tiene la sentencia condenatoria.
¿Cómo os enterasteis de su muerte?
Siempre hemos mantenido visitas y comunicación con él, el último contacto fue poco antes del domingo 2 de agosto, el día que apareció muerto. Mi madre llegó al centro penitenciario a ingresarle el peculio y le dijeron que no podía ser, que esperase un momento. Acto seguido entró la policía judicial. Salió el director y otra persona y ni siquiera hablaron bien de mi hermano, fue un trato muy feo en aquel momento tan delicado. Nadie de la prisión nos ha informado de nada ni nos ha tratado en condiciones; exceptuando el cura, que es una buena persona.
¿Cuándo empiezan las sospechas?
No nos cuadraba nada. Fue todo tan repentino y tan extraño. En el tanatorio cuando vimos su cuerpo y su cara llena de golpes y moretones nos quedamos sin palabras. No podía ser. Nos dimos cuenta de que nos habían mentido. Alguien oculta la verdad. Algo le ocurrió aquella noche. Estaba lleno de golpes.
¿Qué decía el informe de la autopsia?
Eso es lo fuerte. La forense se puso en contacto con nuestra abogada y le explicó que se fue de vacaciones sin entregar el informe a principios de agosto cuando fue descubierto el cadáver. Nos entregaron la autopsia ayer 12 de septiembre. No entendemos cómo ha podido ocurrir eso. Según el documento que nos han dado murió por insuficiencia respiratoria, ingesta masiva de drogas e infarto. Estamos a la espera de la analítica de tóxicos. Yo sé que lo fácil es pensar en un toxicómano y en su adicción a las drogas pero no se describen los golpes que vimos. Fue una sobredosis, sí, pero no fue una sobredosis por su mano, lo mataron de esa forma.
En ese momento decidís pedir una segunda autopsia y denunciar el caso en la Policía Nacional…
Es que los golpes eran evidentes, lo eran tanto que hasta los agentes nos dijeron que habíamos hecho bien, que podía haber indicios de homicidio. Estoy segura de que mi hermano ya no consumía, pesaba noventa quilos, estaba en forma y tenía 400 euros ahorrados en su peculio; todo el mundo sabe que alguien enganchado dentro no tiene ni un duro y puede vender hasta su ropa para consumir. Mi hermano lo tenía todo, su dinero, su ropa de marca, su peso y su buen estado físico.
¿Qué creéis vosotros que pasó allí?
Creo que entró en su celda a las ocho y media de la tarde y que por la noche recibió una brutal paliza. Creo que cuando vieron que se les había ido de las manos, le metieron la sobredosis. Hay demasiadas cosas que no se han tenido en cuenta, las amenazas que recibió, algunas heridas que presenta compatibles con las pistolas táser de los funcionarios, la declaración de un preso que cuenta que le oyó quejarse de madrugada, una teórica visita a la enfermería en ese momento..; hay demasiadas cuestiones sin respuesta.
El viernes habéis organizado una concentración pacífica para pedir justicia…
Sí, será a las 18:00 horas en la cárcel de Palma. Queremos saber la verdad. Estamos destrozados, con el dolor de ver cómo le han quitado la vida. Él estaba allí para cumplir condena pero no para que lo maten que es lo que han hecho con él. Queremos reclamar responsabilidades al centro penitenciario, a los custodios de mi hermano; ellos tenían que velar por él y no lo han hecho en ningún caso. El que haya matado a mi hermano que pague, igual que pagaba él por sus delitos, que pague quien haya causado su muerte.