La mitad de los avisos por ahogamiento registrados este año en Baleares han acabado en muerte
Redacción | 25/07/2022
La mitad de los avisos por síntomas de ahogamiento registrados en lo que va de año en Baleares han acabado con resultado de muerte, concretamente 24 de los 47 avisos contabilizados.
Según los datos registrados por el SAMU 061 y ofrecidos este lunes por el Govern, en el caso de los niños que acaban ingresados en cuidados intensivos, en el 78 por ciento no había supervisión por parte de ningún adulto en el momento del ahogamiento. Además, un 30 por ciento de los avisos corresponden a menores de 7 años.
Este lunes se celebra el Día Mundial de la Prevención de los Ahogamientos. Así, desde el Govern han recordado que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los niños menores de 5 años son los que están expuestos a más riesgos y, en este sentido, la vigilancia y supervisión por parte de los adultos son "vitales" a la hora de evitar un ahogamiento.
El perfil más habitual de los avisos que se reciben por síntomas de ahogamiento es el de un hombre de entre 40 y 65 años. El 60 por ciento de los casos se registran en las playas y el 25 por ciento, en piscinas. Una cuarta parte de los casos está relacionada con sustancias tóxicas y alcohol, y el momento más frecuente es entre las 15.00 y las 17.00 horas de la tarde.
En el caso de los niños, de enero a julio de 2022, se han registrado 14 casos que corresponden a menores de 7 años, dos de los cuales han perdido la vida.
Según datos registrados en los últimos años en la UCI pediátrica del Hospital Universitario Son Espases, de la totalidad de los casos que llegan a cuidados intensivos, el 73 por ciento recuperó la normalidad, un 19,3 por ciento murió y un 7,2 por ciento sufrió una encefalopatía grave.
En el 78 por ciento de los casos no había supervisión por parte de ningún adulto en el momento del ahogamiento y un 74 por ciento de los niños no sabían nadar de manera autónoma.
500.000 MUERTES CADA AÑO EN EL MUNDO
El ahogamiento es un problema importante de salud pública y una de las diez principales causas de defunción en niños y jóvenes en prácticamente todas las regiones del mundo. De hecho, se producen 500.000 muertes cada año.
A diferencia de otros traumatismos, la supervivencia está determinada casi exclusivamente por la atención prestada en el lugar del accidente y depende de dos factores, como son la rapidez con la que se hace el rescate en el agua y la prontitud con la que se practique la reanimación apropiada.
En este punto, la Asociación Española de Pediatría recomienda seguir unas estrategias efectivas para la prevención.
Entre estas han destacado la supervisión o vigilancia de cualquier niño que esté cerca de cualquier entorno acuático, así como el cierre de todo el perímetro de las piscinas, las clases de natación y el aprendizaje de habilidades de supervivencia en el agua -es conveniente que los menores aprendan a nadar a partir de los cuatro años-, el uso de dispositivos personales de flotación -no son recomendables flotadores hinchables- y el entrenamiento en reanimación cardiopulmonar (RCP).
