Empresario que competía con Cursach denuncia que sufría dos inspecciones a la semana: "Era acoso y derribo"

EP | 26/10/2022

El dueño de un local situado en la Lonja, el Bluesville, desde 1994 a 2012 ha declarado este miércoles en el juicio por el caso Cursach.

En su relato ha subrayado que tuvo "muchas inspecciones", sobre todo ha situado en 2004 la época en la que sufría una media de dos en una semana "sin motivo aparente". "Era un acoso y derribo", ha añadido.

Más tarde, ha seguido, la "presión" continuaba por las denuncias de un vecino. El testigo ha reconocido desconocer si el resto de locales sufrían este número de inspecciones y ha indicado, ante preguntas del abogado de Bartolomé Sbert, que la competencia con el Grupo Cursach era por el horario, no por la cercanía. "El mío era un local de éxito, no sé si eso le podía molestar a Cursach".

A pesar de haber identificado a los agentes Gabriel Mayol y José Mayans como quienes les realizaban esas inspecciones, el abogado Gaspar Oliver ha mostrado una serie de expedientes sancionadores sobre el bar de este testigo en el que no figuran los policías. 

EMPRESARIO DE UN BAR DE PALMA ASEGURA QUE UN POLICÍA LOCAL LE PIDIÓ DINERO PARA ARREGLAR SU LICIENCIA

Un propietario de un negocio de ocio nocturno de Palma ha asegurado, este miércoles durante el juicio por el caso Cursach, que un policía local le pidió dinero para arreglar su licencia.

Durante su declaración como testigo en el juicio que se celebra en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Baleares, ha señalado que tenía problemas con sus permisos y un policía, que ha identificado como Miguel Estarellas, le dijo: "Con dinero, esto se podría arreglar". Cabe recordar que el agente Estarellas falleció antes del juicio, con lo cual el resto de las partes han declinado preguntar al testigo.

En la sesión de este miércoles, la mayoría de testigos tenía bares en la zona de la Lonja o del Paseo Marítimo de Palma. Previamente, los propietarios de un bar de Palma han asegurado que un policía local tomaba copas sin pagar.

Ante preguntas del Ministerio Fiscal, uno de los testigos ha justificado que permitía este comportamiento porque "estaba 'acojonado' por sus formas y su presión". En concreto, ha detallado que el policía venía de paisano, pero desconocía si estaba en horario de trabajo.

Los testigos, que regentaron entre 2008 a 2013 el local Aloe, han indicado que este establecimiento tuvo inspecciones pero después cesaron "porque tenían los requisitos que exigían". A pesar de tener licencia de apertura hasta las tres de la madrugada, el interrogado ha explicado que cerraba a la una porque "me decían que era lo que tenía que hacer".

El fiscal Tomás Herranz le ha preguntado si no sabía que era una zona declarada como acústicamente contaminada, a lo que el testigo ha asegurado que en esos años no lo era. Más adelante ha relatado un acontecimiento cuando era dueño de La Bodeguita junto con su mujer, cuando ésta estaba limpiando el local después de cerrar.

Según sus palabras, un agente, que ha identificado como Gabriel Mayol, levantó la persiana y empezó a preguntarle a su mujer por cosas "extrañas" como cuánto tardaba en limpiar o por qué no ponía el aire acondicionado. "Me enfrenté a él y discutí fuerte, pensé que iba a acabar muy mal pero simplemente se fueron", ha añadido.

Su mujer ha coincidido en el relato y ha recalcado que la frecuencia de inspecciones de Mayol, para quien la Fiscalía pide nueve años y seis meses de cárcel, era "excesiva" en su local.

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Comentarios

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  • María - 27 de Octubre de 2022 a las 10:59
    De cada vez sale más mierda a la superficie , tienen que rodar muchas cabezas , hay que aplicar sanciones y despidos ejemplares ; han quedado muy manchadas algunas instituciones , mucha limpieza hace falta.
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