Alertan de los alarmantes índices de violencia contra los niños con discapacidad

EP | 21/03/2022

Los niños y adolescentes (de 0 a 18 años) con discapacidad sufren violencia física, sexual y emocional, así como abandono, en tasas considerablemente más altas que los que no tienen discapacidad, a pesar de los avances en la concienciación y las políticas de los últimos años, según una revisión sistemática y un metaanálisis de estudios en los que participaron más de 16 millones de jóvenes de 25 países realizados entre 1990 y 2020, publicados en la revista 'The Lancet Child & Adolescent Health'.

Los jóvenes con enfermedades mentales y discapacidades cognitivas o de aprendizaje (por ejemplo, trastorno por déficit de atención e hiperactividad y autismo) son especialmente propensos a sufrir violencia, y en general, los niños con discapacidades tienen más del doble de probabilidades de sufrir violencia en comparación con los que no tienen discapacidades, lo que puede tener un impacto grave y duradero en su salud y bienestar.

Los autores señalan que, si bien el estudio ofrece la imagen más completa de la violencia que sufren los niños con discapacidad en todo el mundo, hay una escasez de datos de los países de ingresos bajos y medios (PIM), especialmente en el sudeste y centro de Asia y Europa del Este.

No obstante, los autores afirman que los hallazgos ponen de manifiesto la necesidad urgente de que los gobiernos, los trabajadores sanitarios y sociales y los investigadores colaboren para concienciar sobre todas las formas de violencia contra los niños con discapacidad y para reforzar los esfuerzos de prevención.

"Nuestros resultados revelan unos índices inaceptables y alarmantes de violencia contra los niños con discapacidad que no pueden ignorarse", afirma la profesora Jane Barlow, de la Universidad de Oxford (Reino Unido), que ha codirigido el estudio.

"Todos los niños tienen derecho a ser protegidos de la violencia, que tiene consecuencias sociales, sanitarias y económicas duraderas, como mayores tasas de abandono escolar, peores perspectivas laborales y un mayor riesgo de padecer enfermedades mentales y crónicas en la vida posterior --recuerdan--. Debemos invertir urgentemente en servicios y apoyos que aborden los factores que exponen a los niños con discapacidad a un mayor riesgo de violencia y abuso, como el estrés de los cuidadores, el aislamiento social y la pobreza".

Se calcula que 291 millones de niños y adolescentes tienen epilepsia, discapacidad intelectual, problemas de visión o pérdida de audición, lo que representa alrededor del 11% de la población infantil y adolescente mundial. Muchos más tienen otras discapacidades físicas y mentales. La inmensa mayoría de los niños con discapacidad -más del 94%- viven en países de ingresos bajos y medios donde confluyen múltiples riesgos.

La estigmatización, la discriminación, la falta de información sobre la discapacidad y el acceso inadecuado al apoyo social para los cuidadores contribuyen a los mayores niveles de violencia que sufren los niños con discapacidad. Esto puede verse agravado por la pobreza y el aislamiento social. Los desafíos únicos a los que se enfrentan los niños con discapacidad, como la incapacidad de verbalizar o defenderse, también pueden convertirlos en un objetivo de la violencia.

En 2012, una revisión sistemática, publicada en 'The Lancet', estimó que más de una cuarta parte de los niños con discapacidad en los países de ingresos altos experimentaban violencia, y que sus probabilidades de sufrirla eran más de tres veces superiores a las de sus compañeros sin discapacidad.

Este nuevo análisis incluye un mayor número de estudios de una zona geográfica más amplia, más tipos de violencia (por ejemplo, el acoso entre iguales y la violencia de pareja) y una gama más amplia de discapacidades (limitaciones físicas, trastornos mentales, discapacidades cognitivas o de aprendizaje, deficiencias sensoriales y enfermedades crónicas), así como el uso de métodos actualizados para proporcionar estimaciones globales actuales de la violencia contra los niños con discapacidad, hasta septiembre de 2020.

Las nuevas estimaciones sugieren que uno de cada tres niños con discapacidades son supervivientes de la violencia y que tienen el doble de probabilidades de sufrirla que los niños sin discapacidades.

Los investigadores realizaron una revisión sistemática y un metanálisis de todos los estudios de observación que miden la violencia contra los niños con discapacidad publicados en 18 bases de datos en inglés y tres bases de datos regionales en chino entre 1990 y 2020. Se analizaron los datos de 98 estudios en los que participaron más de 16,8 millones de niños (de 0 a 18 años), incluidos 75 estudios de países de ingresos altos y 23 estudios de siete países de ingresos bajos y medios.

El análisis de los datos de 92 estudios que analizaban la prevalencia reveló que las tasas generales de violencia variaban según la discapacidad y eran ligeramente superiores entre los niños con trastornos mentales (34%) y discapacidades cognitivas o de aprendizaje (33%) que entre los niños con deficiencias sensoriales (27%), limitaciones físicas o de movilidad (26%) y enfermedades crónicas (21%).

Los tipos de violencia más denunciados fueron la emocional y la física, experimentada por aproximadamente uno de cada tres niños y adolescentes con discapacidad. Las estimaciones sugieren que uno de cada cinco niños con discapacidades experimenta negligencia y uno de cada diez ha sufrido violencia sexual.

El estudio también llama la atención sobre los altos niveles de acoso por parte de los compañeros, ya que se estima que casi el 40% de los niños con discapacidades han sufrido acoso por parte de sus compañeros. El acoso en persona (actos físicos, verbales o relacionales, como golpes y patadas; insultos y amenazas; o exclusión social) es más común (37%) que el ciberacoso (23%).

En general, los niños con discapacidad que viven en países de bajos ingresos experimentan mayores índices de violencia que los de los países de altos ingresos, posiblemente como resultado de un acceso limitado a los servicios de prevención y apoyo, niveles más bajos de protección legal y actitudes y normas que estigmatizan a las personas con discapacidad y conducen a una mayor tolerancia social de la violencia.

"La violencia contra los niños con discapacidad se puede prevenir. Hay que dar a estos niños las oportunidades adecuadas en la vida ahora", dice el coautor, el doctor Zuyi Fang, de la Universidad Normal de Pekín (China).

"Los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU pretenden acabar con todas las formas de violencia contra los niños para 2030 --recuerda--. Para lograrlo será necesario que los líderes políticos, los profesionales y los investigadores trabajen juntos para poner en práctica lo que ya sabemos que funciona para prevenir la violencia, como las intervenciones de crianza basadas en la evidencia, al tiempo que se desarrollan y evalúan intervenciones eficaces en la comunidad, en la escuela y en línea que se dirigen a formas específicas de violencia".

Y añade que "está claro que los países de ingresos bajos y medios, en particular, se enfrentan a retos adicionales, alimentados por complejos factores sociales y económicos, y deben establecer marcos legales para prevenir la violencia, junto con el aumento de la capacidad de los sistemas de servicios sanitarios y sociales para abordar las complejas necesidades de los niños con discapacidades y sus familias. También se necesita una investigación más sólida en poblaciones económicamente desfavorecidas y para investigar la violencia perpetrada por las parejas íntimas y las figuras de autoridad", concluye.

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