Nuevos hallazgos explican la muerte súbita en niños después del año de edad

EP | 21/12/2021

Un nuevo estudio ha descubierto que los cambios en genes específicos pueden contribuir cada año a las aproximadamente 400 muertes súbitas inexplicables en niños de un año o más (MSIN), y de forma separada al síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL).

A los niños menores de un año que mueren repentinamente se les diagnostica SMSL y a los mayores, MSIN pero, según los autores del estudio, es probable que ambas afecciones tengan muchos factores en común. Aunque el SMSL causa tres veces más muertes que la MSIN cada año, recibe 20 veces más de fondos para la investigación. Los padres que han perdido un hijo mayor de un año han tenido pocas opciones para apoyar su búsqueda de respuestas, y ninguna organización de investigación a la que unirse.

Por esta razón, la autora del estudio, Laura Gould, después de perder a su hija, María, a la edad de 15 meses en 1997, pidió al neurólogo de NYU Langone Health Orrin Devinsky que cofundara el Registro y Colaboración de Investigación del MSIN (SUDCRRC, por sus siglas en inglés).

Desde 2014, el personal del registro ha trabajado con los padres en duelo para inscribir a sus familias en el registro, que recoge y analiza muestras genéticas de los padres y de su hijo fallecido. Estas autopsias moleculares no forman parte actualmente de las investigaciones estándar sobre la causa de la muerte que llevan a cabo la mayoría de las oficinas de los médicos forenses.

El nuevo estudio, publicado en en la revista 'Proceedings of the National Academies of Sciences', es el primero que identifica las diferencias genéticas presentes en un gran grupo de casos de SUDC, la mayoría de los cuales eran niños que murieron entre 1 y 4 años.

Dirigido por investigadores de la Facultad de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York, el estudio analizó los códigos de ADN de 124 conjuntos de padres y del hijo que cada pareja perdió a causa de MSIN. Descubrieron que casi el 9 por ciento -u once de los 124 niños- presentaban cambios en el código de ADN de los genes que regulan la función del calcio.

Las señales basadas en el calcio son importantes para el funcionamiento de las células cerebrales y del músculo cardíaco. Cuando estas señales son anormales, pueden provocar arritmias (ritmos cardíacos anormales) o convulsiones, que aumentan el riesgo de muerte súbita.

Los investigadores descubrieron que la mayoría de estos cambios en el ADN eran nuevos. Las mutaciones no se heredaban, sino que surgían al azar en los hijos de padres que no tenían ese cambio genético, dice Gould. Así, si el MSIN se produce en un hijo, es poco probable que vuelva a ocurrir si la misma pareja tiene otro hijo. Esto tranquiliza a las familias que quieren tener otro hijo.

"Nuestro estudio es el mayor de su clase hasta la fecha, el primero en demostrar que existen causas genéticas definidas del MSIN y el primero en completar cualquier parte del cuadro de riesgo --dice el autor principal del estudio, Richard Tsien, jefe del Departamento de Neurociencia y Fisiología y director del Instituto de Neurociencia de NYU Langone--. Además de proporcionar consuelo a los padres, los nuevos hallazgos sobre los cambios genéticos implicados se acumularán con el tiempo, revelarán los mecanismos responsables y servirán de base para nuevos enfoques de tratamiento".

"Nos centramos en 137 genes vinculados por estudios anteriores a las arritmias cardíacas, la epilepsia y otras afecciones relacionadas, porque se sabe que las convulsiones y la muerte súbita cardíaca son más frecuentes en el MSIN --dice Devinsky, autor del estudio y director del Centro Integral de Epilepsia del NYU Langone--. Entre los niños que murieron, encontramos una frecuencia diez veces mayor de cambios genéticos en estos genes que en la población general".

En una explicación parcial de estas tendencias, el análisis estadístico del estudio descubrió que los cambios genéticos presentes en los niños con MSIN se producían en grupos con funciones similares, la mayoría de los cuales controlan los canales de calcio en las células del cerebro y del músculo cardíaco.

Tras recibir la señal adecuada, una célula abre los canales, permitiendo que los iones de calcio se precipiten a través de las membranas para crear una corriente eléctrica. En las neuronas, esta corriente desencadena señales a lo largo de las vías nerviosas, y en las células del músculo cardíaco, contracciones cuando el corazón late.

Según los autores del estudio, las mutaciones halladas en el presente estudio ralentizan la inactivación de los canales de calcio, prolongan la corriente que circula por ellos y pueden dar lugar a ritmos cardíacos anómalos que pueden provocar la parada del corazón.

Los dos genes con mutaciones de novo en el procesamiento del calcio encontrados en más de un niño del estudio fueron el RYR2 y el CACNA1C, ambos conocidos por estar relacionados con una arritmia cardíaca. Otros genes mutados en el grupo MSIN se han relacionado con las convulsiones.

Además, más del 91 por ciento de los niños murieron mientras dormían o descansaban, incluido el 50 por ciento de los que tenían mutaciones de novo que afectaban a genes relacionados con la fisiología del calcio en el corazón y el cerebro: CACNA1C, RYR2, CALM1 y TNNI3.

En el futuro, el equipo tiene previsto realizar estudios más amplios para analizar el papel del estado neurohumoral (sueño frente a vigilia, descanso frente a ejercicio), identificar más mutaciones que puedan ser perjudiciales en el MSIN y determinar si los defectos de los canales de calcio causan problemas más graves en las células cerebrales o en el músculo cardíaco.

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