Las experiencias cercanas a la muerte pueden tener un origen biológico

EP | 03/07/2021

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Se conocen experiencias cercanas a la muerte en todas las partes del mundo, en diversas épocas y en numerosos contextos culturales. Esta universalidad sugiere que pueden tener un origen y una finalidad biológicos, pero no se ha encontrado exactamente cuál podría ser.

Un nuevo estudio realizado conjuntamente por la Universidad de Copenhague (Dinamarca) y la Universidad de Lieja (Bélgica) muestra cómo las experiencias cercanas a la muerte en los seres humanos pueden haber surgido de mecanismos evolutivos.

"Siguiendo un protocolo preestablecido, investigamos la hipótesis de que la tanatosis es el origen evolutivo de las experiencias cercanas a la muerte", afirma Daniel Kondziella, uno de los responsables de la investigación, que se ha publicado en la revista 'Brain Communications'.

Cuando son atacados por un depredador, como mecanismo de defensa de último recurso, los animales pueden fingir la muerte para mejorar sus posibilidades de supervivencia; un ejemplo es la zarigüeya. Este fenómeno se denomina tanatosis. "Como estrategia de supervivencia, es probablemente tan antigua como la respuesta de lucha o huida", afirma Kondziella.

"En primer lugar, demostramos que la tanatosis es una estrategia de supervivencia muy conservada que se da en todos los nodos principales de un cladograma que va desde los insectos a los peces, pasando por los reptiles, las aves y los mamíferos, incluidos los humanos. A continuación, mostramos que los seres humanos atacados por grandes animales como los leones o los osos pardos, los depredadores humanos como los agresores sexuales y los depredadores 'modernos' como los coches en los accidentes de tráfico pueden experimentar tanto la tanatosis como las experiencias cercanas a la muerte. Además, demostramos que la fenomenología y los efectos de la tanatosis y las experiencias cercanas a la muerte se solapan", detalla otra de las responsables del trabajo, la neuropsicóloga Charlotte Martial.

Los autores proponen que la adquisición del lenguaje permitió a los seres humanos transformar estos acontecimientos, que eran relativamente estereotipados, de la sensación de muerte bajo ataques depredadores, en las ricas percepciones que forman las experiencias cercanas a la muerte y que se extienden a situaciones no depredadoras.

"Cabe destacar que los mecanismos cerebrales propuestos para la señalización de la muerte no son diferentes de los que se han sugerido para inducir experiencias cercanas a la muerte, incluida la intrusión del sueño de movimiento ocular rápido en la vigilia. Esto refuerza aún más la idea de que los mecanismos evolutivos son una pieza importante de información necesaria para desarrollar un marco biológico completo para las experiencias cercanas a la muerte", explica Daniel Kondziella.

Ningún trabajo anterior había tratado de proporcionar esa base filogenética. Esta puede ser la primera vez que se puede asignar un propósito biológico a las experiencias cercanas a la muerte, que sería el beneficio de la supervivencia. "Al fin y al cabo, las experiencias cercanas a la muerte son, por definición, acontecimientos a los que siempre se sobrevive, sin excepción", remacha Kondziella.

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