La fábrica de cemento de Lloseta reabrirá para incinerar sustancias peligrosas

Redacción | 17/07/2021

La antigua fábrica de cemento de Cemex en Lloseta podrá incinerar en sus hornos residuos considerados contaminantes y peligrosos. Así consta en el BOIB del pasado 3 de julio, que publicó el Acuerdo de la Comisión de Medio Ambiente de las Islas Baleares (CMAIB) sobre la autorización ambiental integrada de la fábrica.

Cemex argumentó en 2018 que cerraba la planta por su incapacidad para adaptar fábricas como la de Lloseta a la legislación medioambiental europea del 2020 sobre emisiones contaminantes de CO2.

Ya en el año 2006, un tribunal dio la razón a los vecinos por esas mismas causas y condenó a Cemex a pagar 21 millones de euros por haber contaminado la zona.

La resolución de Medio Ambiente especifica que no podrán incinerar residuos de otros gestores o productores, pero también señala que la importación de residuos estará sujeta a los planes y programas de inspección de traslado de residuos de las Islas.

Cemex podrá quemar residuos contaminantes como vidrios, plásticos o maderas que tengan sustancias peligrosas sin informar al Gobierno ni esperar ninguna autorización, según se puede leer en su punto Primero del acuerdo del pleno de la CMAIB.

Los residuos peligrosos que Cemex está autorizado a incinerar en Lloseta, entre otros, ceras y grasas usadas, óleos hidráulicos minerales no clorados, óleos hidráulicos sintéticos, óleos fácilmente biodegradables, óleos sintéticos y minerales no clorados de motor, transmisión mecánica y lubricantes, vidrios, plásticos y maderas que contengan sustancias peligrosas o estén contaminados, tierra y piedras con sustancias peligrosas, y maderas con sustancias peligrosas procedentes otras instalaciones de tratamiento mecánico de residuos.

Tras esta polémica reapertura de la fábrica de cemento, la asociación ecologista Reviure Tofla, asociada al Ateneu Cultural de Lloseta, ha denunciado que el Gobierno permita la incineración de residuos contaminantes y peligrosos sin regulación, además del hecho construir la instalación situada entre el casco urbano de Lloseta y Binissalem y a las puertas del Paraje Natural de la Sierra de Tramuntana.

La entidad ha puesto en duda si la nueva fábrica de cemento se ajusta a la normativa europea y qué tipo de control hará el Govern balear en materia de calidad de aire, incineración indiscriminada de productos contaminantes o el compromiso de intentar mantener la bajada de productos contaminantes que lleva sucediendo los últimos 25 años en Lloseta.

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