Ascienden a más de cien los muertos por las explosiones en un campamento militar en Guinea

EP | 10/03/2021

Las autoridades de Guinea Ecuatorial han confirmado que la cifra de víctimas mortales a causa de las explosiones registradas el domingo en un campamento militar de la ciudad de Bata, la más poblada del país, han dejado más de un centenar de muertos.

El Ministerio de Sanidad y Bienestar Social de Guinea Ecuatorial ha detallado a través de su cuenta en la red social Twitter que las explosiones han dejado "hasta ahora" 105 muertos y 615 heridos, entre ellos 133 que continúan ingresados en varios hospitales del país.

Por su parte, el presidente ecuatoguineano, Teodoro Obiang Nguema, ha emitido un decreto para declarar Bata como zona catastrófica y activar "medidas urgentes" para proteger a los damnificados por las explosiones, que han causado además graves daños materiales en la ciudad.

El mandatario ha resaltado que "para hacer frente a los gastos que surjan para la reparación de los daños ocasionados por la explosión, el Gobierno ha desbloqueado un fondo inicial de 10.000 millones de francos CFA (alrededor de 15,2 millones de euros)".

Asimismo, ha dado orden al comité sobre Prevención y Protección Civil para que haga "una evaluación general de la situación" y "presente propuestas de soluciones al Gobierno para mitigar y reparar todos los daños producidos por la explosión, tanto a los particulares como a las infraestructuras públicas".

"El Comité Nacional de Emergencias para la evaluación y la realización de propuestas encomendadas por este decreto, cuenta con un plazo prudencial de un mes para elaborar un informe final sobre todas las actuaciones llevadas a cabo en ejecución del presente decreto, con todas las recomendaciones presentadas al Gobierno", ha añadido.

Obiang Nguema ha hecho además un llamamiento "a la solidaridad de la comunidad nacional e internacional y a los socios al desarrollo, así como a toda persona física o jurídica de buena voluntad, para contribuir con su ayuda humanitaria a favor de los afectados, en un contexto particularmente adverso por la actual crisis de la pandemia de COVID-19".

En otro orden de cosas, ha declarado tres días de luto entre este miércoles y el viernes, al tiempo que ha hecho hincapié en que "el Gobierno está redoblando sus esfuerzos para esclarecer por completo los hechos y las responsabilidades del caso, con el fin de cuantificar con mayor precisión los daños y perjuicios ocasionados".

Las explosiones tuvieron lugar en la zona del cuartel de Nkuantoma y destruyeron gran parte de los edificios de las propias instalaciones militares y de las viviendas colindantes. Las labores de rescate continúan activas en la zona en busca de posibles víctimas.

DAÑOS EN UN RADIO DE 800 METROS

La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) ha destacado que las imágenes por satélite "muestran que la explosión causó daños considerables en un radio de 800 metros". "Las primeras evaluaciones confirman que sólo en el recinto militar unas 300 casas quedaron destruidas", ha agregado.

Asimismo, ha resaltado que "el principal laboratorio para realizar pruebas PCR para diagnóstico de COVID-19 en Bata sufrió importantes daños" --el único en la ciudad-- y ha alertado de que "un gran número de proyectiles sin explotar dispersados por la detonación suponen un riesgo para las poblaciones".

La OCHA ha hecho hincapié en que, si bien aún se desconoce la magnitud total de los daños, es necesario el despliegue de expertos en respuesta a emergencias, apoyo financiero y médico, y la entrega de alojamiento temporal, ayuda alimentaria y apoyo psicológico a las víctimas de las explosiones.

En este sentido, ha apuntado que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha movilizado un equipo de emergencia y está preparando el despliegue de expertos, al tiempo que ha destinado 200.000 dólares (alrededor de 168.000 euros) a la respuesta inmediata a la emergencia.

Asimismo, la OMS y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) han enviado un equipo desde la capital, Malabo, para apoyar la respuesta al coronavirus, si bien ha reconocido "un ligero retraso debido a problemas logísticos" derivados a la suspensión de los vuelos a causa de la pandemia.

Por su parte, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ha recibido unos 100.000 dólares (cerca de 84.000 euros) a través de su ventanilla de emergencia para responder a las explosiones, mientras que España ha enviado ya el primer lote de ayuda humanitaria al país africano, incluidos medicamentos y suministros médicos.

INVESTIGACIÓN INDEPENDIENTE

Las organizaciones no gubernamentales Human Rights Watch (HRW) y EG Justice ha reclamado a las autoridades ecuatoguineanas que inviten a expertos internacionales para llevar a cabo una investigación independiente en torno a las explosiones.

"La gente de Bata está de luto", ha dicho Tutu Alicante, director de EG Justice, un grupo que promueve los Derechos Humanos y la buena gobernanza en Guinea Ecuatorial. "Merecen respuestas creíbles sobre lo que ha pasado y apoyo inmediato para tratar a los heridos, acoger a los que se han quedado sin casa y reconstruir la ciudad", ha agregado.

"La única forma de lograrlo es a través de una investigación independiente y ayuda internacional que vaya directamente a las personas afectadas", ha agregado, según un comunicado publicado por ambas organizaciones.

En este sentido, Sarah Saadoun, investigadora de Derechos Humanos en HRW, ha resaltado que "la respuesta del Gobierno a la explosión ha dejado claro su atroz desprecio por el bienestar de los ecuatoguineanos".

"Al margen de las causas de la explosión, los ecuatoguineanos merecen saber por qué el Ejército está almacenando explosivos en medio de una zona poblada, si hay otras sustancias almacenadas que puedan suponer un peligro público inminente y qué está haciendo el Gobierno para evitar otra explosión similar en el futuro", ha zanjado.

El presidente de Guinea Ecuatorial ha atribuido lo ocurrido a la "imprudencia" y la "ignorancia" y la "malicia de los que conocían la peligrosidad" de la dinamita a la que atribuye las explosiones.

"La dinamita normalmente, en otras partes, se guarda muy lejos de la población. Incluso se guarda debajo de la tierra (...). Por eso hemos sufrido esa devastación y prácticamente nos está costando un gasto económico, material y una inseguridad humana", zanjó.

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