Armengol confía en salvar esta temporada pero reclama una "fórmula jurídica" para imponer el toque de queda

La presidenta de les Illes Balears, Francina Armengol, y el presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, han coincidido este miércoles en que comparten la misma estrategia de acometer una desescalada "lenta y prudente" para asegurar la salud, que está "por encima de todo" y garantizar la temporada turística de verano.

Al respecto, Armengol reclama al Gobierno "una fórmula jurídica para garantizar que los presidentes autonómicos puedan autorizar el toque de queda" tras el fin del Estado de Alarma, mientras que su homólogo valenciano ha señalado que la Abogacía de la Generalitat "estudia toda la casuística para tomar decisiones" y confía en poder levantar tras el 9 de mayo algunas restricciones en el cierre perimetral.

Al respecto, Puig, en una rueda de prensa conjunta tras la reunión mantenida en València, ha recordado que antes del Estado de alarma ya se adoptaron restricciones que fueron avaladas por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana y en ese sentido ha aclarado que se decretaron en un momento en el que la Incidencia Acumulada (IA) era "mucho mayor".

Por ello, ha defendido que hay que "acompasar una desescalada prudente con la realidad epidemiológica" del momento. Al respecto, ha confiado en que tras el 9 de mayo se puedan superar "algunas de las restricciones de perimetración", aunque ha recalcado que la Abogacía de la Generalitat "estudia toda la casuística para tomar decisiones".

En cualquier caso, ha insistido en que la desescalada será "prudente y no disruptiva" con el objetivo de que en junio, al inicio de la temporada turística, se puedan dar "avances sustanciales en la superación de restricciones".

"MAÑANA HABRÁ AVANCES PERO SIN EXCESIVOS ALZAMIENTOS"

Puig ha confirmado que en la reunión de mañana de la Comisión interdepartamental se analizará el "efecto Pascua, que ha habido, pero muy bajo" ya que ayer la IA estaba en 40 casos por cada 100.00 habitantes, por lo que habrá "avances" en las restricciones pero "ningún tipo de alzamiento excesivo".

En ese sentido, ha insistido en que el alivio de las restricciones dependerá del informe técnico que presente la Conselleria de Sanidad y no ha querido confirmar si habrá una prolongación en la jornada del cierre de la hostelería hasta el toque de queda como reclama el sector.

"Tenemos un diálogo con el sector y empatizamos con su sufrimiento, y en cuanto se pueda se alzarán las restricciones en beneficio de la sociedad, la economía y el bienestar global, pero lo más importante es la salud", ha insistido.

"LA SALUD POR ENCIMA DE TODO"

Del mismo modo, la presidenta de les Illes Balears, Francina Armengol, ha avanzado que este viernes estudiarán la posibilidad de aligerar restricciones en actividades y movimientos, pero siempre "de forma segura y rigurosa".

Para ello, ha defendido que si las comunidades son las que a partir del 9 de mayo "deben adoptar las decisiones y gestionar" deben tener "todos los instrumentos para hacerlo de la manera más razonable posible" y en ese sentido ha reclamado al Gobierno "buscar una fórmula jurídica para garantizar que el toque de queda pueda autorizarlo los presidentes autonómicos". Con todo, ha señalado que sin el Estado de alarma el margen es "muy amplio" para aplicar restricciones y de hecho el "siempre" se la ha ratificado.

Armengol ha recalcado que comparte la misma estrategia con Puig de que "la salud está por encima de todo" y que "evitar contagios obliga a medidas dolorosas". No obstante, ha subrayado que gracias a estas restricciones Baleares es "uno de los territorios con menor mortalidad" y la segunda, tras la Comunitat Valenciana, con menor IA y el objetivo ahora es "reactivar la economía en verano".

Para ello, y dado que el 80% de los contagios son de la cepa británica, acometerán una desescalada "lenta, rigurosa y muy controlada" de forma que la reapertura de actividades y el aumento de derechos, libertades y movimientos será "poco a poco, de forma segura" y cuando se esté asegurado que no habrá una gran presión hospitalaria porque estén vacunados los mayores de 60 años.