Paloma Cuevas, cabizbaja y volcada en el cuidado de sus hijas, prefiere no hablar de su separación de Enrique Ponce

Redacción | 22/09/2020

EP

Una vez que el curso escolar ha empezado, Paloma Cuevas ha retomado su rutina en la capital después de seis meses alejada de la presión mediática en la finca "La Cetrina", en Jaen. Volcada completamente en el cuidado de sus hijas Paloma y Bianca - lo más importante para ella tras su sorprendente separación de Enrique Ponce - hemos podido ver a la empresaria regresando a su casa tras llevar a las pequeñas al colegio.

Paloma está evitando al máximo dejarse ver y apenas sale de su domicilio en el madrileño barrio de Moncloa, pero intenta que sus hijas continúen su día a día con la máxima normalidad posible. Por ello, y como la madraza que es, no duda en acompañar cada mañana a las niñas a su centro escolar. Muy seria, con gafas de sol y la mascarilla reglamentaria por el Covid, hemos visto a la socialité llegando a su casa. Cabizbaja, y con la misma ropa con la que la vimos en sus últimas apariciones - un vaporoso vestido de manga larga blanca con estampados en tonos azules - la ex mujer de Enrique Ponce prefiere mantener su silencio.

Y es que aunque se nota que Paloma no lo está pasando bien con su separación, y fiel a la discreción que la caracteriza, evita hablar de cómo es su relación con Ponce ahora mismo ni qué le parece la sobre exposición mediática que está haciendo el torero con su joven amor, Ana Soria, 27 años menor que él. Cabizbaja, la empresaria tampoco confirma si es cierto que se está planteando mudarse con sus hijas al extranjero el próximo año para alejarse de una presión mediática que le está afectando más de lo que quiere confesar.

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