Habla el motorista, un año después del accidente casi mortal: "El taller no es consciente del mal que ha causado su negligencia"

Alicia Catalá | 07/04/2019

Seis de la tarde. Él no se puede mover. Cuelga el teléfono. Estaba hablando con el abogado porque aún no saben nada del Seguro de Responsabilidad Civil del taller de motos que hace un año le cambió la vida, y no precisamente para bien.

Joan Font tuvo un accidente con su moto, una BMW del 2007 con la que no corría nunca porque siempre ha preferido ir “tranquilo y con calma”. Fue un accidente extraño. Al principio se barajó la posibilidad de que se había desmayado o incluso que le había dado un ataque al corazón, por la manera de caer. Luego se supo que el taller que se anunciaba como oficial de BMW - y que no lo era, como se averiguó después-donde Joan había llevado su vehículo a reparar, había utilizado material de baja calidad para arreglar la moto y eso había provocado el accidente que casi le cuesta la vida.

Cuando regresaba a casa, tal día como hoy hace un año, la moto “hizo algo raro” y él y su pareja se fueron al suelo. Ella sólo tuvo que llevar collarín unas semanas, pero él se rompió el fémur y se seccionó la femoral al chocar con un árbol. La suerte fue que tras él iba un coche con un médico que tuvo la sangre fría suficiente como para hacerle un torniquete improvisado y salvarle así la vida.

¿Ha tenido noticias del médico?

Sí, ha venido a verme y a comer a casa con la familia, le estoy muy agradecido, si no fuese por él… yo no estaría aquí. En ese momento, después del choque con el árbol, yo estaba aturdido pero consciente, me enteré de todo, sabía lo que estaba haciendo. Sé que estoy vivo de milagro. Pasé dos meses en Son Espases, me tuvieron que poner cinco bolsas de sangre.

Y aún quedan operaciones pendientes

Sí, ya he perdido la cuenta de las veces que he pasado por quirófano, y ahora quedan dos operaciones. He perdido toda la sensibilidad de la rodilla para abajo, los músculos, los nervios… tengo rotos los ligamentos laterales, posteriores y cruzados y tienen que tratar de arreglarlo. La otra operación es una limpieza de la rodilla porque tengo sólo 70º de movilidad, y tal vez después de la intervención pueda llegar, a lo mejor, a los 120º. Mi pierna derecha ha perdido toda la musculatura y va a costar muchísimo recuperarla.

En la última operación, además, cogí una infección de quirófano y eso está retrasando el proceso, ya que me abrieron para quitar parte de la femoral de la pierna derecha para hacer un bypass en la izquierda, se me infectó con pus y he estado dos meses así, con la pierna infectada. Es que… parece que un año después ya tienes que estar recuperado, pero no, sólo estoy a la mitad… o menos.

Evidentemente, no puedes trabajar

No… yo soy fontanero, autónomo, siempre agachado tras los fregaderos, subiendo y bajando escaleras… qué va, es imposible. Puedo caminar un poco, pero la mayoría de tiempo tengo que estar sentado, tengo los ligamentos rotos y una ortesis que me va desde el muslo hasta el tobillo y que casi no me permite moverme. Ahora mi trabajo es ir a rehabilitación todos los días varias horas, y seguirla en casa con una máquina que he alquilado.

¿Y el seguro?

Pues de momento no me han contestado, hemos llamado un montón de veces pero nos dicen que tenemos que esperar. Sé que la moto, así como está, me la han presupuestado por 9.500 euros. Mientras tanto yo sigo pagando el seguro de autónomos, que son 280 euros al mes, y cobrando 670, si lo restas a penas quedan 400 euros para vivir, y la putada, con perdón, es que no puedo dejar de pagar nada, ni siquiera el seguro de la moto, a pesar de que ni la toco, como es normal.

¿Se ha puesto en contacto contigo la persona que te “arregló” la moto?

Sí, se ha puesto dos veces en contacto conmigo, no creo que sea consciente de lo que ha supuesto su negligencia, de lo que ha hecho. Yo estoy separado, tengo tres hijos de 20, 14, y 12 años, dos chicos y una chica, y hay mil cosas que ya no puedo hacer. Ni vestirme, ni ducharme, ni coger mi ropa del armario, no puedo ni llevar un plato de sopa a la mesa. Por no hablar de cosas que se hacen fuera de casa, con mis hijos. Tengo 45 años, aún soy joven, debería estar haciendo un montón de cosas. No sé cómo me pueden compensar, pero ni que me pagasen seis millones de euros, esto no se paga, no tiene precio, y lo que me falta todavía para recuperarme, que ya sé que de todo no me recuperaré jamás.

¿Y todo esto por utilizar piezas de baja calidad?

Sí, se trata de un taller oficial de BMW, en teoría era el lugar adecuado para llevar mi moto. Pero dijo que para hacerme ahorrar dinero usaron otro material… y casi me mato. Eran dos tuercas, no sé qué le hizo a la moto, pero cualquiera se hubiera echado las manos a la cabeza, no parecía un trabajo para este tipo de vehículos. La compré porque era segura, es, de hecho, una de la más seguras que hay.

Hoy hace un año del accidente

Y te aseguro que eso no se olvida. Cada día por la mañana pienso en ello, cada día por la tarde me acuerdo, es inevitable. Recuerdo todo lo que me ha pasado y lo que tengo aún que pasar. Si tengo que mover la pierna, me acuerdo, si me tengo que agachar, me duele y me acuerdo. Tengo molestias en la espalda… tuve que venir a vivir a casa de mi madre porque no puedo cuidarme solo. Y a veces no me extraña que a otras personas que están en situaciones parecidas se les pasen cosas raras por la cabeza.

Hace dos meses a Joan le dieron la tarjeta de minusvalía. Tiene un 52%. No recibe ayuda psicológica, pero pronto el IMAS (Institut Mallorquí d’Afers Socials) le enviará a casa a profesionales que le ayuden y den consejos sobre cómo mejorar su independencia y su calidad de vida. Y mientras tanto a seguir mejorando aunque sabe que nunca volverá a “estar bien del todo, aún queda mucho camino, y suerte, porque podría no estar aquí ahora mismo”.

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